Capítulo 5

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Sentía como el sudor recorría mi frente, Bruno le seguía apuntando, el chico desconocido, no bajaba el arma, estaba nervioso y asustada, aunque trataba de demostrar tranquilidad y frialdad, el seguía con su arma en mi cabeza y yo igual, teníamos un duelo de miradas.

-           No te lo voy a volver a repetir. - dijo quitando el seguro

El hombre se rindió y bajo lentamente el arma, yo lo imite aunque más lentamente.

-         No será la última vez que nos veamos, creeme será antes que te des cuenta. - me dijo guiñando un ojo. Repugnante.

Bruno bajo el arma de su nuca y el salio de la habitación.

Esta era muy extraño. JODER

-          Si no quieres morir nena , vámonos.

-           alto, alto, ALTO, primero me dirás un par de cosas.

-        No hay tiempo, la casa esta rodeada por cabrones que vienen con él , si quieres salir viva, ven conmigo.

-        tengo que decirle a Nicky.

-         Parece que ella está follando con el anfitrión.

-         Joder, esta mujer.

-         Vámonos.

Sin dejarme responder me agarro del brazo y me saco de la habitación, casi arrastrándome, íbamos directo a la entrada, atravesamos por la multitud de adolescentes  hormonales, cuando estábamos por llegar a la puerta se escucharon disparos, un hombre de unos dos metros y musculoso cargaba con una escopeta, todo el mundo enloqueció, salieron otro tres sujetos, y entre ellos el sujeto que me estuvo apuntando, saque mi arma, nuevamente, y les apunte, la gente salía despavorida, aun no nos veían, aprovechando eso salimos corriendo hacia la parte trasera, dónde estaba mi moto.

-          haya van, atrapenlos!

Mierda! Nos habían visto.

Comenzaron a disparar como locos, algunos nos rosaban, estaba asustada, Bruno se acercó a un auto, un audi último modelo, lo abrió y se su subió yo iba a ser lo mismo, pero un dolor horroroso atravesó mi brazo, malditos cabrones, solté un grito de dolor.

Me habían disparado, me subí al auto, que ahora estaba con un vidrio menos. Genial con un disparo y tendría que pagar los daños, maldita noche, no pensé que iba a estar tan movida.

Bruno me miro preocupado.

-         arranca hombre, si no quieres que destrocen el coche. Le dije a dolorida y acojonada.

Arranco velozmente, mi brazo dolía mucho, mucho, era como mil avispas  clavando en mi piel.

Me examine y no era tan terrible, solo un rasguño, genial tendría que ir de compras. Ish.

Rompí mi blusa e hice un torniquete justo arriba, me mordí el labio inferior para no gritar.

-           Estas bien ?

-          Me e encontrado mejor.

El soltó una risa burlona.

-         Eres insoportable, Nena.

-         Y volvemos a lo mismo, nene.

El se encogió de hombros restándole importancia.

Luego de unos  minutos de silencio, volví a hablar.

-         Gracias.

-          No te adelantes, luego te arrepentirás.

Me dijo serio, ya esta, quiero volver a mi departamento.

-       Detén el auto, me largo.

Iba a abrir la puerta, pero el la trabo. Genial mi noche si que está siendo movida.

-       ABRE.

-      No,  te vienes conmigo.

-      Ni hablar,  me largo.

No dijo nada, joder, mi brazo dolía, estaba con un desconocido y para rematar me querían matar, esto es muy bueno.

Luego de media hora entramos en un subterráneo, me obligó a bajar del auto y me condujo a unos ascensores que se encontraban a un lado, habían muchos coches, algunos más lujosos que otros.

Antes de subir el saco de su pantalón  una tarjeta de identificación, la paso por una maquinita , está dio luz verde y las puertas se abrieron, subimos y se hizo un incomodo silencio entre los dos, presionó el botón número  32.

Sonaba la típica música de ascensor. Aun mas incomodidad.

Cuando llegamos al piso, era una oficina, llena de personas con ordenadores, habían muchas puertas, al final de un pasillo que me condujo había un oficial? Y  otro hombre. Mierda estaba en la oficina de la cía fuck.

Me di cuenta por la insignia de su placa.

-        señor, tiene herida de bala.

El señor me miro y bajo su mirada a mi brazo que se encontraba lleno  de sangre.

-       Que la curen primero luego tenemos que hablar,  tenemos un trato que proponerte Ignacia. - me dijo el señor que estaba alado del policía.

Estaba jodida, realmente, esto no podía ser  peor,  no sabía nada de Nicky, estaba en un aprieto bien grande.

-       Los escucho.

Varios Rumbos, Un DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora