El sonido sordo de la lluvia cayendo sobre las sucias y maltrechas calles de Hole, se ve ensombrecido por el salpicón de las usadas zapatillas de Shin, dejando los charcos teñidos de sangre, que, dada la escasa iluminación y la oscuridad de la noche, parece prácticamente negra. Rápidamente, Shin levanta la mano para abrir su puerta al mundo de los magos, esa puerta roja que le recuerda, siempre que la ve, por qué y por quién lucha cada día.
Cruza la puerta sacudiendo la sangre de su martillo, cuando escucha esa familiar voz justo detrás de él, nada más cerrarse la puerta.
-¡¡¡Seeenpaaaaaaaaai!!!
-Ah... Hola Noi.
-Disculpa por no acompañarte hoy.
-No te preocupes, con esa lluvia es normal, hasta yo estoy hecho polvo...
-¿Cómo fue la limpieza?
-Bien, solo tengo ganas de quitarme esta sangre de bastardo de encima y echarme un rato. -Responde Shin mientras se quita su usada y ensangrentada máscara.
-De acuerdo Senpai, ¡te veo luego!
-¡Claro! - Asintió Shin mientras levanta la mano en dirección a Noi, que gira la esquina, dejando su brillante pelo plateado ondeando tras de sí, como la estela de un cometa.
Vuelve a su habitación y, después de una plácida ducha, Shin se tumba en su cama tras el duro día de trabajo.
-¡Guraguraaa! ¿Dónde estás?
Mira alrededor sin rastro de su fiel perro. Se asoma bajo la cama, pero solo hay un par de calcetines enroscados. Aunque es un fastidio buscarlo ahora, realmente quería tenerlo al lado para acariciar su negro pelaje intentando despejar la mente del efecto, aún notable de la lluvia de hole.
Algo molesto, se levanta, descalzo, únicamente vestido con sus gafas y el albornoz que regala En a todos los miembros de su familia y sale por la puerta.
Al girar por el pasillo algo con la velocidad de un torpedo y la dureza del hormigón choca contra él, haciéndole caer de culo contra la moqueta.
Shin se frota la cabeza, algo confundido. Se le han caído las gafas y solo puede pensar en que se arrepiente de haber salido de la cama a estas horas.
-¡Oh, Senpai! -Otra vez esa voz tan dulce que hace que su corazón de un vuelco que sólo ella consigue-
-¡N-Noi!
-Vaya se te han caído las gafas, ¡Lo siento! -Las recoge cuidadosamente y se acerca a Shin, percatándose de que no hay más capas de ropa bajo la esponjosa tela del albornoz, ruborizándose y resbalando sobre él.
-¡AHHH! -Grita Shin, aún más confuso y ruborizado, notando los grandes pechos de Noi contra la piel desnuda de su pecho.
-¡S-SENPAI, LO SIENTO! -Se aleja abruptamente, poniéndose roja por momentos.
Shin se pone las gafas que Noi dejó caer sobre él para darse cuenta de que su albornoz se ha abierto, mostrando la involuntaria erección que el súbito acercamiento de sus cuerpos acababa de causar, y la intensa mirada de Noi sobre su miembro.
-¡OH DEMONIOS! -Exclama Shin, mientras se cubre con el albornoz, muerto de vergüenza.
-Y-yo solo... Estaba buscando a Guragura para...
-Espera ¡¿QUÉ?! -Interrumpió Noi a pleno pulmón.
-¡NO! ¡NO NO NO NO! ¡No es eso! ¡Estaba normal cuando salí de mi cuarto! -La mirada de Noi cambia al escuchar esto y levanta una ceja mientras se le acerca sutilmente.
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Amor mortal -Dorohedoro Fanfic-
FanfictionShin y Noi tienen una relación muy especial, todos lo saben, pese a nacer en mundos distintos, una vez se encontraron nada los separó, pero, ¿cómo se pasa de ser compañeros y amigos a algo más?... Esta es la historia de como sucumben a sus sentimien...