OJOS Y PERCEPCIÓN

Bohemia.

Los tonos negros me cubren como a un velo ligero, uno que se desliza por mi piel y desciende. La música comienza a reverberar a lo largo del escenario, pero yo permanezco aquí.

Una magnífica visión. Bailas y te conviertes en bohemia, una estrella latente que no necesita ver; confías en tus pies y en tu pasión y dejas que estos dibujen a su paso una estela hacia el recorrido de tu alma; flotas en tu propia nube, con tu sudor cayendo igual que la lluvia que perfuma de tu olor a vainilla.

Elegante y bella danza, ¿qué escondes detrás? Dejas que la música te posea, lamiendo el aire en ese vaivén que toca cada fibra de tu ser. Atascada en una repetición, con tus huesos de metal moviendo engranajes, te dejas caer en esta penitencia del sentir tan intensamente.