Rivales

Mensaje

Se encontraba en su habitación tratando de dormir, pero, quien podría dormir después de los mensajes que le había enviado as de seirin.

Estaba claro que él no.

Él solo le había pedido ayuda para que le explicará algunas notas de inglés, pues en 2 semanas tendría un examen.

El pelirrojo había aceptado de buena gana, después de todo, no era la primera vez que ayudaba la idiota de su novio con el hablado de esa materia, por qué seamos sinceros, la gramática no es lo de él.

Después de haber dado vueltas y más vueltas el moreno en su cama, por obra de alguna deidad al fin pudo conciliar el sueño.

*-*-*

Taiga se levantó temprano y se alistó como era costumbre, iría a la casa de los Aomine, tomo su chaqueta y cerró su departamento.

Al llegar al lugar tocó la puerta y lo recibió la madre de Daiki.
Tan linda y respetuosa, nada que ver con el neandertal de su hijo, pero ni modo, aún así se había enamorado de él.

La mujer de manera amable lo invito a desayunar y el declinó la oferta respetuosamente.

–Taiga, Daiki aún se encuentra en su habitación, podría apostar a que sigue de flojo.– el pelirrojo solo le sonrió a la mujer y le sonrió, conocía a Daiki tanto como para afirmar lo dicho por la mujer.

–No se preocupe, le molesta si subo a despertarlo?– Cuestionó el de seirin.

–Dale una buena tunda de mi parte, no puedo creer que se haya olvidado que venías. – expreso Aomine-san.

Taiga solo sonrió en respuesta y se volvió para ir directo a la habitación del moreno, conocía bastante bien la casa.

–Veré que puedo hacer– lo dijo tratando de disimular una nueva de fastidio, pues Daiki realmente tenía el sueño pesado, sería más fácil ganar a toda la "Kiseki no sedai'' que despertarlo.

En cuanto el pelirrojo abrió la puerta de la habitación del moreno, se encontró con una escena que no olvidaría, y que estaría seguro podría utilizar para chantajear al moreno en ciertas ocasiones.

Por lo que lo perdió el tiempo y tomo una fotografía del panorama que estaba frente a el, una vez cerró la aplicación de ella camara recordó los mensajes que le había mandado al cinco de Too, y su boca se curvo en una sonrisa que cualquiera que lo viera, diría que están arrancando algo realmente de cuidado.

Aomine Daiki posiblemente se arrepentiría...