Nunca Te Dejaré. KTH.KSJ

Capitulo uno;

"Nunca te dejaré"

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—¡Tae espera!— SeokJin corría detrás del peli negro, tratando de alcanzarlo — ya..ya no puedo más Tae, creo que moriré — TaeHyung paro cuando escucho los jadeos de cansancio de Jin. 

—Vamos Jinnie, no te rindas— falta poco para llegar al lago, entre más pronto lleguemos mejor — se acerco al castaño con un puchero en sus labios.

—Mejor carga me, ya estoy muy cansado TaeTae — Jin miraba a TaeHyung con ojitos de cachorro y un puchero en sus labios, el bien sabía que esa era la debilidad del peli negro.

TaeHyung termino rendido ante aquel tierno puchero y termino cargando a Jin en su espalda hasta que llegaron al lago.

Pasaron bastante tiempo en aquel lugar, un lugar solo para ellos dos, su lugar secreto, al cual siempre iban cada que Jin se libraba de sus deberes como príncipe y como próximo heredero de la corona, pero a pesar de no tener mucho tiempo libre TaeHyung siempre esperaba por el.

Después de haber jugado un rato en el lago y nadar decidieron acostarse en el verde pasto mientras que el atardecer se hacía presente.

—Tae...creo que ya lo pensé mejor, mañana temprano me iré de aquí, no quiero ser rey.— todo lo dijo sin una pisca de duda mientras que su rostro mostraba una sonrisa de seguridad.

—¿Qué acabas de decir? Acaso te volviste loco SeokJin ¿Cómo puedes decir algo así? Estás bromeando ¿cierto?, dime qué es una broma— el peli negro se levantó de golpe mientras que miraba a Jin con cara de confusión.

—Nop, no es una broma, realmente planeo irme de aquí, ya lo decidí—el castaño se levantó de su lugar para después sacudir sus prendas y empezar a caminar hacia el palacio.

TaeHyung está en shock, realmente no lo podía creer, como podía decir algo así, ¿qué no pensaba en el? ¿Acaso planea dejarlo solo?

—¡Pues si tú te vas yo me voy contigo!— aquello lo dijo tan seguro y sin duda alguna, no planeaba dejar solo al amor de su vida, no podía perderlo. 

Cuando Jin escucho aquellas palabras se detuvo en seco, no lo podía creer ¿Realmente Tae haría eso por el?

—¿Estás... Hablando enserio?— el castaño se giró para ver al peli negro a los ojos.

—Nunca he hablado más enserio en toda mi vida, exepto también por esa vez que dije que te amaba. —sonrió y se acerco al castaño y lo abrazo por la cintura— nunca te dejaría, Jinnie, eso jamás, yo te amo mucho.

Jin casi lloro por aquellas palabras, el amor que le tenía a Tae era inmenso, pero no quería que por su culpa dejara a su madre y hermana.

—Oh mi hermoso Tae, yo igual te amo y mucho, pero no quiero que por mi dejes a tu hermana y a tu madre, tu familia.— tomó entre sus manos las mejillas del peli negro y le sonrió.— sabes, creo que mejor lo pensaré ¿Está bien? No me iré.

Jin prefirió mentirle a Tae, no queriá que este se alejara de su familia.

Después de aquello, Jin se dirijio al palacio a descansar y TaeHyung fue con su familia. 

Ninguno de los dos se esperaba lo que iba ocurrir aquella noche.

Curando SeokJin llegó al palacio se sorprendió, había muchas personas ajetreadas todo ellos parecían preocupados. Jin pudo ver a lo lejos a al Rey con sus consejeros, su rostro mostraba mucha preocupación así que decidió asercarse a él. 

—Padre ¿qué está ocurriendo? ¿Por qué todos están tan preocupados? — Jin miro a su padre atento, esperando una respuesta.

—Parece que un ejército de Japón se dirige al reino, y talvez lleguen muy pronto, así que tú debes ir con tu madre y deben ponerse a salvó, si esos hombres derrotan a nuestras tropas estaremos perdidos y no quiero que algo les ocurra.— el rey tomo a su hijo por los hombros y lo abrazo, tenía miedo de pensar que esa fuera la última vez que viera a su hijo.— cuida bien a tu madre mientras yo no estoy.

—Padre por favor no vayas, no quiero que algo te ocurra.— el rey suspiro e ignoro la suplica de su hijo y se fué para dirigirse a dónde las tropas.

Aún no lo podía creer, y si algo le pasaba a su padre o a TaeHyung, el rey de seguro saldría a pelear al igual que el pelinegro, no quería que algo le ocurriera a dos de las personas más importantes en su vida, jamás se lo perdonaría.

Jin corrió a buscar al peli negro, no quería que este se fuera, no se lo permitiría.

Cuando por fin lo encontró, este estaba en el jardín real, sabía que Jin lo buscaría después de aquella noticia.

El castaño corrió a los brazos del pelinegro. Ambos se aferraban fuertemente el uno al otro, como si su vida dependiera de ello. Jin comenzó a llorar.

—Por favor, Tae, no me dejes, no te vayas, te lo ruego.— al oír al castaño hablar y decirle esas palabras con tanta desesperación y tristeza el también termino rompiendo en llanto.

—Jinnie, sabes muy bien que tengo que irme, debo de protegerte a ti y al reyno, no quiero que algo te pase.

—Pero puedes protegerme sin tener que irte, puedes quedarte a mi lado, con eso es suficiente, por favor no te vayas — eso último lo dijo en un susurro el cual el contrario pudo oír muy bien.

Jin escondió su cabeza en el cuello del pelinegro, olía a vainilla, le encantaba su olor.

TaeHyung termino rompiendo aquel abrazo, se acerco a los labios del castaño y lo beso, fue un beso tierno pero profundo, una clara muestra de su amor. Cuando se separaron del beso el pelinegro susurro un "Nunca te dejare, llegaré sano y salvo, lo prometo".

Jin ahora estaba solo, el pelinegro se había ido, ahora solo le quedaba esperar a que el pelinegro cumpliera su promesa y llegará a salvo.

Aquella noche, las tropas de Corea vencieron a las de Japón, Jin tenía esperanzas de que su padre y TaeHyung llegaran a salvo pero por desgracia no fue así, recibió la noticia de que tanto el rey como TaeHyung habían muerto, los mataron, la noticia le calló como un balde de agua fría, por un momento quería creer que todo era una mentira pero cuando vio los cuerpos de ambos hombres se dió cuenta que no era una broma, aquello realmente estaba pasando.

Jin cayó en una fuerte depresión después de aquella noticia, el pelinegro le había prometido que nunca lo dejaría, ellos iban estar juntos siempre. Estaba devastado pero tenía que reponerse, no le podía fallar a su pueblo y mucho menos a su padre. Tenía que seguir aunque aún doliera. 

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