Prólogo.

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-¡Ayudenme!- grité. Los pulmones me quemaban y sentía que mis extremidades podían caerse en cualquier momento. El asustado grupo de personas se dirigió hacia mi...

Entonces, su horror aumentó.

Las alas que adornaban mi espalda les hicieron gritar, cundiendo en el pánico mas puro y absoluto.

-¡Es una de ellos! ¡Matenla!-

Miré el cielo, completamente negro, inspiré las cenizas, igual de oscuras. Las lágrimas surcaron mi ardiente y sudado rostro.
Rechazo, justamente lo que me faltaba.

-¡No! ¡No entienden!- traté de decirles, pero rápidamente me callaron.

-¿Que no entendemos que?- saltó un hombre de entre la multitud, sosteniendo una enorme barra de metal. Las manos me temblaban y las piernas me iban a flaquear en cualquier momento.

Ellos iban a matarme.

Retrocedí, horrorizada ante mi propia conclusión.

Tropecé.

Dejé de sentir los golpes de piedras, palos y otras armas al poco tiempo.

Todo se disolvió en una pantalla fría y negra.

The First.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora