•CAPÍTULO 1•

1K 23 2
                                    

Narra María
Me encontraba en mi cuerto, escribiendo en el Libro de la Vida.
“Querido Libro de la Vida, una de las mejores cosas que me pasaron en este tiempo fue volver a tenerte, surte que esos chicos me lo devolvieron para poder seguir contando nuestra historia. Hoy es el casamiento de Mili y Ramiro, estoy muy feliz, hacen una pareja hermosa... ¡ah! y yo voy a darles los anillos, estoy muy emocionada. Camila y Felipe vuelven a estar juntos, por fin sin pelearse, ya les tocaba estar juntos de nuevo. Luisana está ayudando a Bautista ha recuperar más rápido la memoria, se acordó de algunas cosas, pero no de todo. Natalia finalmente cortó su noviazgo con Agustín, ella dice que es porque Agus es un pesado, pero con todo mi amor hacia Tali, yo creo que la pesada es ella. Federico vive con sus papás en una casa cerca de acá y seguimos yendo al mismo colegio. Sebas y Titan cada día son más amigos y a veces van juntos a visitar a Daniela, la novia de Titan. Y yo, bueno, al final corté con Patricio porque eramos muy distintos, él es el principe y yo la cenicienta, me sentía muy inferior en frente de su familia y amigos y eso me ponía mal.
— ¡Maríaaaaa! — Escuché que gritaba Camila, antes de entrar a la habitación. — María dale, te estamos esperando, ¿estás lista?
— Sí, sí eso creo — Dije dudando, y me paré cerca del espejo. — ¿Crees que esto va así? — Dije tocandone el vestido incomoda. —
—Sí mi amor, estás hermosa, y más alta, casi de mi altura. Te quedan bien los tacos. — En ese momento bajé mi mirada hacia mis piés. —
— Pero Camila si no llevo tacos. — Dije con una sonrisa. —
— Ah... ya veo. — Dijo Camila con una cara medio rara, que me causó gracia. En ese momento escuché que Felipe nos gritaba desde abajo. —
— Bueno, vamos? — Me dijo Camila, con su voz tan dulce. Yo asentí. — Antes de que nos maten. — Las dos reímos por su comentario y bajamos. —

Narra Ramiro
Ahora mismo estoy muy nervioso. Estoy todavía en el hogar con los chicos y Renzo, Mili y Enzo se fueron antes, por todo eso de no poder ver a la novia.
— Bueno ¿vamos? — Dijo Bautista. —
— La camioneta ya llegó, dale vayan subiendo. — Dijo Luisana a los más chiquitos. —
— Estoy muy nervioso chicos. Estoy bien ¿no? — Dije yo. —
— Estás divino. Se va a quedar helada cuando te vea. — Dijo Camila.
— Bueno, eso último espero que no porque quiero casarme. — Dije entre risas. —

Narra Mili
Los chicos y Ramiro habían llagado hace 10 minutos. Todos estaban sentados a sus sitios, menos las damas de honor y Enzo, que se encontraba a mi lado, él me iba ha acompañar al altar.
— ¿Estás lista? — Me preguntó bajito Enzo. —
— Muy nerviosa, pero sí, vamos. —
En el momento en que empecé a caminar la música comenzó a sonar. No me lo puedo creer, estoy a punto de casarme, de dar el sí. Me encataría que Belén o mi mamá estuvieran acá, lástima que no pudo ser.

Narra Felipe
Nos encontramos en el medio de la naturaleza, celebrando el casamiento de Mili y Ramiro, pero ya había oscurecido.
— ¡Chicos vengan! — Gritó Mili para que nos acercaramos a la gran mesa. — Les propongo un brindis, un brindis por la felicidad. Por estar juntos. Y porque nada ni nadie nos haga perder las esperanzas. Chicos, juntos podemos. — Y así, brindamos todos juntos. —

Narra Camila
Estoy que no siento ni los piés, por suerte llegamos al hogar y nos pudimos sentar en los sofás de la sala.
— Estoy que me muero de sueño. — Dijo Tali, con la voz muy cansada. —
— Esperen chicos, todavia no se pueden ir a dormir. — Dijo Mili. —
— ¿ Por qué no? — Preguntó María, con intriga. —
— Bueno, tenemos dos sorpresitas para ustedes. — Dijo Ramiro esta vez. —
— ¿Dos sorpresas? ¿Cuáles? — Preguntó esta vez Agustín.
— Mmm, vengan a fuera y lo verán. — Dijo con una voz misteriosa Mili.
Todos salimos a fuera, y nos giramos hacia la derecha, donde se podía ver una vieja ferretería. Pasaron 3 segundos y mis ojos no creían lo que veían.
— ¿¡Juanita?! — Gritó Luisana, con una gran emoción de ver a su hermanita otra vez. —
— Hola chicos. — Dijo Juanita, con una felicidad más grande que la nuestra. —
Así, todos fuimos corriendo a abrazarla, todavía sin poder creerlo.
— No sabés todo lo que te extrañamos Juanita. — Dijo Sebas. —
— Te tenemos que contar muchas cosas. — Añadió Fede. —
— Estoy muy feliz de que mi mejor amiga haya vuelto. — Dijo María abrazandola. —
— ¡Ey, yo también eh! — Gritó esta vez Tali, como siempre. —
Todos nos reímos haste que escuchamos pasos detrás nuestro, venían del bar de Ramiro.
— ¿Y a mi, no me van a saludar? — Esa voz, esa voz me dejó helada. No me giré, no lo necesitaba. Podía reconocer esa voz en cualquier lado. —

Chiquititas 2002: ¿Y ahora qué? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora