10.- SOMBRAS DEL PASADO...

7.1K 453 117
                                    



// Pensamientos //


+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++

----------- Flash Back ----------



10.- SOMBRAS DEL PASADO...



Draco miraba el banquete distraídamente, esa noche había tenido que acompañar a Harry a la fiesta de aniversario del cuerpo de aurores, dejando a James con Ginny en la casa de ella, y como Potter era el héroe obviamente no debía faltar, el moreno había insistido en que lo acompañara, Harry había determinado que ya estaba bueno de ocultar al rubio y que el mundo mágico debía de una vez por todas darse cuenta que estaban juntos y dejarlos en paz. Cuando lo vieron llegar juntos hubo un pequeño silencio, Draco quiso arrancar de ahí enseguida, pero la mano de Potter se lo impidió. Caminaron por el gran salón juntos, Harry jamás lo soltó. Después de unos minutos la concurrencia volvió a conversar, la sola presencia y mirada Harry les había dado a entender (sin pronunciar ninguna palabra) que no se metieran. ¡Cuánto poder tenía ese hombre sobre ellos! El moreno podía ser un ser extremadamente amable y complaciente con él, pero que diferente era con el resto, Draco noto en la mirada de los asistentes respeto y miedo, ninguno se atrevió a criticarlo y mucho menos juzgarlo, solo guardaron silencio y siguieron su vida como si nada, de seguro que cuando estuvieran solos los descuerarían con malos comentarios, pero delante del moreno nada, todos se mantuvieron con sonrisas forzadas y complacientes. Todos intachables ante ellos.

El mundo mágico siempre había sido clasista y rencoroso, no lo iba a saber el, que venía de una familia aristócrata y llena de prejuicios. Sonrió de medio lado, si su padre lo viera en estos momentos siendo la pareja del héroe y cumpliéndole todos sus deseos, convirtiéndose en la mujer en esa relación, le daría un infarto. Draco últimamente pensaba que el hijo ideal para Lucius Malfoy habría sido Harry Potter, el moreno era fuerte, exitoso, poderoso e inquebrantable, su padre habría estado con el pecho hinchado de felicidad mostrándolo a todos y planeando grandes negocios con su matrimonio. Su padre siempre espero tanto de él, poniendo mano dura en su educación. Marcándole con golpes su sangre y superioridad social, para al final terminar siendo asesinado y dejando a su familia y su fortuna a la merced del infortunio y el Wizengamot. Que equivocado estaba Lucius y que caro pagaron ellos su error. Por lo mismo Draco había cambiado tanto, la condición social no traía nada bueno, el orgullo tampoco. Había que ser un sobreviviente para saberlo, había tenido que lidiar con el dolor y la humillación para darse cuenta, no seguiría sus mismos pasos, él quería ser feliz y estar con la gente que lo amaba, no con las personas que le sonrían de frente y lo apuñalaban por detrás. En esos momentos Potter era su todo, y era feliz, sin importar que él en esa relación sea el complaciente o el de abajo, daba lo mismo si había amor, ese solo sentimiento que su familia jamás había poseído, por lo menos nunca hubo un amor de padre. Y eso Draco definitivamente no quería para él.

En esos momentos se encontraba arrinconado detrás de una mesa, el moreno le había sido arrebatado de su lado por el ministro Arthur Weasley para presentarlo con las altas autoridades de otros países que venían a la fiesta, y él se había quedado ahí, solo. Pero no le molestaba mucho, la verdad, es que hubiera preferido mil veces quedarse en la casa con James que ir a la fiesta. Draco se había acostumbrado a estar encerrado, nunca había sido muy sociable, arrogante sí, pero simpático y sociable no. De vez en cuando sentía la mirada del moreno en él, sonrío, Potter jamás cambiaría, podría estar muy lejos pero sus pensamientos y preocupaciones siempre estaban con el rubio. Y eso le encantaba. A lo mejor ahora no tenía gran poder y grandeza, pero él era el único en domar a ese león llamado héroe, era el único que con un solo gesto podía desconcertarlo y tenerlo comiendo de su mano. Era muy infantil la satisfacción que sentía pero le gustaba, por lo menos le alimentaba un poco su alicaída autoestima.

ÚLTIMA OPORTUNIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora