...

9 1 0
                                    

No sabía dejar ir. Le di muchas oportunidades. A mí me enseñaron a luchar por lo que quería, y yo lo amaba y, según mi creencia, renunciar estaba prohibido.  Creo que en el fondo me retiraba, muy, muy lento; como para darle tiempo que se arrepintiera del daño que me hacía. Sin mirar atrás, me fui poco a poco, un paso y luego otro, todos pequeñitos, creyendo que en algún momento me alcanzaría para decirme que había recapacitado y lucharía por un "nosotros"... Me paso que después de alejarme un poco, volteé a ver el lugar donde se quedó, y él ya se habían ido.

SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora