—Entonces... ¿Cómo dices que te llamas, bebé?—Me llamo Lewis, guapo —el mencionado sonrió muy seductor, claramente de esta noche obtendría algo, no le importaba demasiado utilizar un nombre ficticio para tirarse a ese hombre—. Lewis.
—Umm, elegante —respondió el hombre quien se tomó algunos segundos para su siguiente pregunta; el hombre lucia de aspecto más alto que su acompañante, cabello peinado y sonrisa bastante agradable—. Entonces, Lewis, ¿se te apetece un cosmopolitan ó un martini? Venga, yo le invito lo que me plazca hoy, precioso.
Sonrió bastante encantador el hombre.
El mencionado Lewis, rió bajo. —Un cosmopolitan estaría más que bien, hombre.
—Vale —sonrió el hombre de porte demandante—. En seguida lo pido. Te acompañaré igual con uno si no te molesta, Lewis.
Lewis negó.
—Serán dos cosmopolitan, señor —llamó la atención de un mesero el cual cumplió su función y fue en seguida a encargar la orden deseada.
Minutos atrás, Lewis estaba sentado en una mesa a punto de abandonar el sitio porque, había discutido con la persona que estaba con él, antes de que este hombre se le atravesara. No fue rudo con él al principio, admitía que el tipo estaba más buenísimo que el otro que se había largado.
—¿Podría saber tu nombre, guapo?
Guapo ajustó su camisa del cuello y sonrió apenado dejando a la vista unos hoyuelos en sus mejillas.
—Lo siento, no me presenté con anterioridad, lindo—dijo apenado—. Soy Zac.
Lewis asintió. Quería flirtear con este tipo y ver hasta dónde podían llegar. —Es el nombre que me gustaría decir por una larga noche...
Zac rió coquetón.
—Atrevido, Lewis... Atrevido. Me gusta eso.
Lewis bufó con aburrimiento.
—¿Aún te interesa el cosmopolitan, guapo? —se acercó más al hombre—. Podemos hacer otras cosas más interesantes...
—Uf... Sí me lo pintas de esa manera, precioso... A la mierda el cosmopolitan —dijo únicamente en dirección a Lewis quien lo miraba deseoso a través de esa mirada azulada, profunda y exquisita. Admitía que... Lo deseaba desde que entró al bar y lo vio platicando con un tipo que al poco rato se había marchado después, se dio la oportunidad de acercársele y ahí estaban...
Camino hacia un motel.
—Buen carro, guapo.
El guapo de nombre Zac ladeó su mirada para toparse con la de Lewis quien observaba maravillado su precioso automóvil.
—Plenamente pienso que hay mucho mejores que este, precioso.
—Ya. Lo creo demasiado de ti, hay mucho mejores...
—Pero mucho mejor será estar dentro de ti, bebé.
Louis gimió bajito al sentir una mano sobre su muslo.
—Te gustará, precioso.
—Lo creo demasiado, guapo. A mí me agrada también la idea de que me folles duro y a mí manera, joder... ¿No quieres que te complazca de camino al motel? ¿No quieres que prepare lo que entrará en mí, guapo?
Claramente eso prendió demasiado al rizado y asintió...