『 𝙀𝙨𝙘𝙚𝙣𝙖𝙧𝙞𝙤𝙨: 𝙏𝙤𝙞𝙡𝙚𝙩 𝘽𝙤𝙪𝙣𝙙 𝙃𝙖𝙣𝙖𝙠𝙤-𝙠𝙪𝙣 』

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▀▀▀▀◤◗⬚̷⃕͜⸙༘۪۪۪۫۫۫❀۪۪۪༘۫۫۫⸙⃔͜⬚̷◖◥▀▀▀▀

〔_ʳᵉᵃˡᵐᵉⁿᵗᵉ ᵉˢᵖᵉʳᵒ ᵠᵘᵉ ᵗᵉ ᵍᵘˢᵗᵉ, ᵗʳᵃᵗᵒ ᵈᵉ ᵇʳⁱⁿᵈᵃʳˡᵉˢ ᵉˢᶜʳⁱᵗᵒˢ ᵈᵉ ᵉⁿᵗʳᵉᵗᵉⁿⁱᵐⁱᵉⁿᵗᵒ ʸ ᶜᵃˡⁱᵈᵃᵈ. ᵍʳᵃᶜⁱᵃˢ ᵖᵒʳ ˡᵃ ⁱᵈᵉᵃ ʸ ᵖᵒʳ ˡᵉᵉʳ. . . ⸙

Nene recién había entrado al nuevo colegio, estaba muy nerviosa puesto que siempre solía meter la pata el primer día.
Además todavía tenía esperanza de encontrarse con un chico guapo que la ayudara a recoger sus libros que torpemente había tirado. Tal vez debería dejar de ver demasiadas películas americanas.

El día habría transcurrido con normalidad si no hubiera sido porque corría el rumor de que un chico nuevo se uniría a la clase.
Ella estaba emocionada y en medio de su fantasía vió pasar por la puerta un aburrido chico de ojos ámbar que le hizo soltar un suspiro, no de amor, sino de decepción.

–De nuevo creías que era un príncipe azul, ¿no? Nene-chan.– le susurraba su amiga Aoi.

Por su parte Nene soltó una risita delatadora que dejó de lado para poner atención a la presentación del chico.

Yugi Amane era su nombre.

Quién diría que por obra del mismísimo destino, el profesor decidió mandarlo a sentar justo detrás de ella.

Durante la clase Nene había dejado caer su borrador a lo que Amane la ayudó a levantarlo.

–Se te cayó.– la chica volteó y tomó el borrador, notando una ligera tristeza en los ojos chico.

A lo largo de los días Nene se daba cuenta de que su compañero no era de mucho hablar. No hacía amigos no salía a receso e incluso se quedaba después de clases. Un día venció su pena y decidió preguntarle.

–Uhm...hola Yugi-kun, me preguntaba si estabas bien, es que he visto que no hablas mucho.–

Él reaccionó rápido al oír su voz. Sus ojos chocaron y rompió la tensión respondiéndole.

–Ah...yo... verás, es que no soy muy bueno socializando.– bajó su cabeza tratando de ocultar su mentira.

–Entiendo. ¿Quieres ir por un helado? Siempre me anima cuando estoy triste, y algo me dice que tú lo estás.–

El chico por su parte se sonrojó más de lo que ya estaba. Una chica linda no te invita un helado todos los días. Aceptó apenado.
Durante el trayecto hablaron de cosas banales sobre sus gustos y cosas así.

Y ahí comenzó todo.

La mayoría de días Nene se encargaba de hacerlo reír o por lo menos hacerlo sentir mejor, incluso le preparaba el almuerzo.

–Oye Yashiro-san, ¿sabes algo? Siento como si nos hubiéramos conocido antes, en otra vida o algo por el estilo.– le dijo mientras la miraba con ojos sinceros de luz y esperanza. –Me gustaría que conservaras esto, es un objeto preciado para mí, pero quiero regalárselo a una de las personas más parecidas para mí, te has preocupado por mi todos estos días, hasta pareces mi mamá.–

Nene abrió su mano donde se encontraba el regalo. Era una simple piedra.

–Uh... gracias, es muy ¿redonda?– soltó una tímida risita encantadora para los oídos del otro.

–Es una roca lunar. Un día seré un gran astronauta y tú estarás ahí para verlo, es más ¡te traeré una estrella!– se levantó sobre la mesa viendo a la chica sorprendida.

Una ligera lágrima resbaló por su mejilla de ella. Y sin saber exactamente el porqué de su llanto con tantos sentimientos encontrados le sonrió.

–¡Por supuesto que sí Amane-chan! Conseguirás todo lo que te propongas y yo estaré ahí para evitar que estés triste.– de verdad sentía una conexión muy linda con él y a pesar de que no fuera su príncipe azul. No quería alejarse de él.

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