La mirada perdida en las nubes de color gris era lo que más me llamaba la atención de aquella chica que no conocía, la última estación del bus estaba cerca y ella tampoco se había bajado, tal vez vivíamos en el mismo barrio.
Llovía sin cesar aquella noche de noviembre, cuando el invierno se sentía cada vez más no había luz directa del sol en el día, ese invierno llovió mucho, pero yo no la volví a ver, mientras me mantenía en los manuscritos de los libros que me llenaban no paraba de pensar en retratarla y que viviera para siempre en el lienzo...
-Brais- escuche desde lejos- lleva esto al 20, tome el paquete y subí hasta el segundo piso, presioné el timbre varias veces pero nadie atendía, deje el paquete afuera no sin antes ver el nombre del dueño "Andra Koch"
El cielo se volvía a poner gris, otra vez llovería, este año los días eran más fríos, y el aire más espeso, mire por la ventana del pasillo mientras las gotas comenzaban a caer, las personas corrían buscando refugio para no enfermarse, mientras solo una persona caminaba pacíficamente entre la multitud como si no le importara mojarse o simplemente quería enfermarse para no ir a trabajar. En ese momento el tiempo no parecía pasar, la lluvia se calmaba de a poco y el cielo se despejaba, pero el frio era igual, mis manos se congelaban y lamente no tener una chaqueta puesta, sin embargo, el momento en que todo se calmó valió la pena, la paz volvía a tomar fuerzas por los pasillos del edificio y se sentía la calma.
La zona residencial en la cual vivía fue la mejor opción que pude tomar al elegir vivienda cuando vine por primera vez, no conocía a nadie, ni un lugar donde poder pintar, pero, se sentía como si ya hubiese estado aquí antes, la ciudad me llamaba.
La paz del lugar se vio perturbada por el sonido del ascensor, sin embargo, hice caso omiso a ello, mientras el sonido del tacón se hacía más fuerte la calma se iba degradando poco a poco, pero, eso no fue todo, creo que la paz se desvaneció de verdad cuando su voz resonó en el lugar.
- ¿Puedes escuchar el sonido del silencio? Ese sonido también se puede escuchar.
Esa frase...
*
La última vez que escuche esas palabras lo que siguió no fue nada agradable, su mirada era igual que la de ella, hacía que mi corazón doliera, se sintiera cansado y que mi respiración no se sintiera, me dirigí hacia mi habitación tratando de no pensar en nada pero se me era imposible.
-Cuando la lluvia para puedes escuchar el sonido del silencio, hasta el silencio tiene un sonido.
Caminaba alrededor de la habitación hasta quedarse sentada a mi lado, su mirada era algo que jamás podría olvidar, el aroma de su cabello y el tono de su voz me hacían sentir mejor, ella era mi todo...
-Pero, ese sonido también puede desaparecer, así como yo lo hice.
Me desperté de golpe con la respiración cortada y el corazón latiendo más rápido de lo normal, otra vez ese sueño, revolví mi cabello y me puse de pie, camine hasta la cocina para así conseguir un vaso con agua.
-¿Entregaste el paquete?- Pregunto Amy, mi hermana.
-¿Qué paquete?
-¿Cómo que qué paquete?- trate de hacer un recuento de lo que había hecho en el día y recordé ese momento- Brais, Brais, ¡BRAIS MILLER!
-¿eh?
-Dios, ¡En que mundo andas!, ¿Si entregaste el paquete de esta tarde.
-Ah, si
Mire hacia la ventana, llovía nuevamente, el sonido de las gotas caer de seguro se escuchaba por todo el edificio de cuatro pisos, mientras el bullicio de afuera interrumpía lo que mi hermana intentaba escuchar en la televisión, un golpe en seco se pude escuchar en la sala, extrañados de lo que podría ser nos miramos, mi hermana se puso de pie y decidió ir a mirar que era lo que había perturbado el silencio.
Al girar la perilla de la puerta me miró y dijo:
-¿Y si es un asesino serial?
La mire con brazos cruzados, pero solo se dignó a hacer un puchero.
Mi corazón se volvía más débil, y solo podía reaccionar de tal manera al verla, no entendía este sentimiento, quería comprender por qué razón se me hacía tan misteriosa su presencia y porque me sentía tan vacío con una sola mirada de su parte.
Sus ojos, esa mirada que no había visto en tanto tiempo, que me hacía recordar a una persona que por tanto tiempo no había salido mi nombre de su boca, no eran la misma persona, sus rostros eran totalmente distintos al igual que su manera de hablar, pero solo había algo en ella, que me hacían querer dejar todo atrás.
La situación parecía un tanto incomoda y la chica miraba con odio a la persona que estaba en frente de ella, me daba intriga saber que pasaba, pero no era pertinente hacerlo, no era bueno en ese momento.
Solo pronunció una palabra:
-Púdrete
Para luego escupir e irse del lugar.
-Andra, Andra, Andra detente.
Ese era su nombre, pero yo solo supe pronunciar el que tenia en mente
Jazmín.
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WHEN THE RAIN ENDS
Short Story-¿Puedes escuchar el sonido del silencio? Ese sonido también se puede escuchar.