Revived [Zombi AU]

Prologue.

El olor a sangre impregnaba el lugar. El aire caliente que se sentía hacía que te agotaras con más facilidad al momento de moverte sobre el sol ardiente. Pero el cansancio no era tu única preocupación, claro que no. La que más te subía la ansiedad era el ser escuchado. No solo te tenías que mover rápidamente para no ser detectado, si no que el momento en el que des un paso en falso los ojos de esos muertos estarán en ti. Por suerte, si es que algo se podía considerar positivo en esas circunstancias, era que Baam estaba solo.

Su ligero cuerpo era rápido y ágil, le daba la habilidad de poderse esconder bien de los cuerpos podridos que vagaban en las calles. Pero tenía hambre, mucha, y un cuchillo negro que se había encontrado.

Enfrente de él estaba una pequeña tiendita, de la que podía asegurar que aún no había sido saqueada. Solo llevaban tres días en ese infierno como para que la comida ya haya desaparecido. No había encontrado la necesidad de enfrentarse a alguno de esos muertos vivientes, pero hoy era diferente. No encontraba forma de poder llegar a su objetivo sin tener que matar a alguno de ellos.

Mentiría si dijera que no tenía miedo, pero tenía que sobrevivir y encontrarla. Quería saber por qué lo dejó ese día.

Pero se sentía tan solo... Huir constantemente y tener tu corazón a flote sin nadie con quien seguir. No tenía a nadie para seguir intentando. ¿Valía la pena? ¿Sufrir tanto y no recibir nada a cambio? No lo sabía, y solo se dejó llevar por sus instintos más primitivos que buscaban alimentarse, por lo que se preparó mentalmente y se puso en posición de ataque. Se convenció de que quizá si los emboscaba podía ganar esta pequeña batalla.

Aquí voy...

—Ey detente —la voz de una persona llegó a los oídos de Baam, la primera que escuchaba desde que empezó todo—. Con esa pésima postura, no podrías matar ni a un conejito.

Se volteó rápidamente y pudo ver una figura se encontraba cerca de él, lo miraba a los ojos. Para Baam era como un milagro, no se había topado con nadie vivo hasta ahora. ¿Estaría soñando? Ese hombre traía ropa en perfecto estado a diferencia de la suya. Con un maletín y una sonrisa tan confiada.

¿Quien...? ¿Quién era él?