Epílogo

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Evan

2 años después

Son las tres de la mañana y Anto duerme plácidamente entre mis brazos. Dejo descansar mi mano sobre su abultado vientre y siento como mi pequeña patea dando a conocer que ella esta ahí despierta y activa para molestar a su mami, Anto suelta un quejido al sentir otra patada de nuestra pequeña pero esta vez más fuerte que la anterior.

—Deja de revolotearla a esta hora, por favor —susurra con voz adormilada mi novia.

—Lo siento —me disculpo dejando un beso en su frente—. No puedo dormir.

— ¿Qué pasa por esa cabecita tuya? —se da la vuelta para quedar frente a frente.

—Que no hubiera sabido cómo seguir si te hubiera perdido hace dos años.

Su mirada se suaviza, acerca su rostro al mío para luego juntar sus labios con los míos. Su toque es suave y lleno de amor. Mi corazón se aprieta de solo pensar que estuve a punto de perderla.

Luego de que estuviera tres meses en coma por la perdida de sangre y el trauma cerebral que le dejo el ataque de Hannah, tuvo un paro cardíaco que casi la deja sin vida. Sus padres y yo teníamos que tomar la decisión si desconectarla o mantenerla con vida pero al final ella tomo la decisión por nosotros y lucho hasta que despertó.

Aún recuerdo lo fuerte que apretó mi mano mientras discutíamos con sus padres sobre que hacer para luego abrir sus bellos ojos cafés haciendo que toda la habitación quedara en silencio y que por fin pudiéramos respirar en paz.

—Pero estoy aquí y no pienso dejarte —dice con la voz entrecortada.

La abrazo con fuerza, acerco mi boca a su oído y susurro lo que no me deja dormir.

—Cásate conmigo.

Su respiración se corta por unos segundos para luego dar paso a unos suaves sollozos, la camisa de mi pijama se comienza a humedecer con sus lágrimas pero no la suelto y la abrazo más fuerte si es posible.

—Si —dice luego de unos minutos—, si quiero casarme contigo.

Y ahí es cuando todo encaja, ya no me desvelo a las tres de la mañana para pensar en ella y en lo que pudo haber sido de nosotros, ahora me despierto a las tres de la mañana para asegurarme que ella, mi alma gemela se encuentre a salvo entre mis brazos.

Son las tres de la mañana y ya no pienso en ti.

Son las tres de la mañana y puedo asegurar que soy el hombre más feliz de la tierra.



N/A

Y llegamos al final de esta historia que fue un subir y bajar de emociones.

03:00 AM es un bebé que le hice muchos cambios luego que la termine, nunca es fácil escribir desde la perspectiva de un hombre pero fue genial.

Espero que les haya gustado y solo quiero darle las gracias por dejar que Evan se ganará un espacio en su corazón, pero sobre todo gracias por leer esta historia que escribí con mucho cariño.

Tengo mucho que decir pero eso lo dejaré en los agradecimientos kadjkas

Besos,
Alexandra

03:00 AMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora