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El albino suspiró frustrado, removiéndose despacio en la silla y dejándo reposar su doliente espalda en el respaldo de la misma. No terminaba de sentirse cómodo debido a lo rígido de su asiento, pero al menos resultaba más confortante que estar con el torso echado hacia delante.
Como de costumbre, se encontraba en la taberna oscura. Por alguna razón siempre terminaba volviendo a ese cuchitril. Daba igual cuánto tiempo se reprimiera, sabía que finalmente sólo hacía falta un parpadeo para verse atrapado nuevamente entre esas triste y desgastadas paredes.
Parecía mentira que hubiera pasado tantas noches en un lugar tan solitario, pero esa era la verdad. No estaba muy orgulloso de ello, ni mucho menos pretendía usarlo como excusa, pero frecuentar ese bar de mala fama se había convertido en un gran consuelo desde que Fargan -su compañero de maldades- se marchó de Karmaland.
Aún después de tanto tiempo y a pesar del apoyo de sus amigos y pareja, el ambiente sombrío de aquel agujero de penas seguía trayéndole una gran nostalgia, que de alguna manera siempre lograba abrir la herida.
No cabía duda de que aquel sitio no había cambiado y desde luego, él tampoco.
— La taberna oscura, ¿eh? Vaya lugar para pasar tu cumpleaños.
Un tenue jadeo escapó de los labios de Willy, quien rápidamente alzó la vista esperando toparse con el inconfudible propietario de esa voz. En cambio, lo único que encontró fue una borrosa figura situada al otro lado de la pequeña mesa.
— Bueno, supongo que es mucho para cualquier blanducho— habló con enfado, entornando los ojos con algo de dificultad. Enfocar el rostro de Samuel le estaba costando más de la cuenta y encima la escasez de luz no le facilitaba mucho la tarea. No es que estuviera enfadado con él ni nada parecido, pero definitivamente no era el momento indicado para charlar.
Desafortunadamente, Vegetta se limitó a ignorar su actititud cortante y soltó una pequeña risa, dedicándole una mirada burlona.
— Menudo topo. De tanto encerrarte aquí ya te estropeaste la vista— Aún sonriente el pelinegro rodeó la mesa a paso lento, posicionándose en un lado de Willy. Se inclinó suavemente sobre éste y pasó su mano en repetidas ocasiones frente al rostro de su novio— Estoy aquí, chaval. Venga, que tú puedes.
El más bajo bufó fastidiado, y para su sorpresa, le apartó la mano de inmediato con un manotazo.
— ¿Por qué no te vas a tomar por culo de aquí? No estoy como para aguantarte
La sonrisa del mayor se esfumó por completo en cuanto escuchó la respuesta del chico, dejando en su rostro una expresión amarga.
— Ya está chiqui, tranquilizate. Sólo bromeaba.
— Pues largate a bromear a otra parte.
Un tenso silenció reinó entre ambos por unos cuantos segundos, los cuales corrieron con lentitud y pesadez para los dos. Finalmente, fue Samuel quien tomó la palabra.
— Eres increíble, tío. Que esto me pasa por querer estar un rato contigo— Hizo una breve pausa para mirarlo con resentimiento y enseguida se enderezó— ¿Quieres que te deje pudriéndote aquí? Pues bien, mejor para mí— La voz de Vegetta había cambiado por completo, tornándose sumamente agresiva e irónica, cosa que hizo encoger al menor.
Lo cierto era que pocas veces lograba enfadarle de verdad, pero cuando lo hacía -como en ese momento- le sentaba fatal. Willy no era una persona nada fácil de tratar, mucho menos después de todo el asunto de su ex-compañero de hermandad. Pero a pesar de ello aquel joven de ojos morados siempre fue paciente con él, incluso cuando no lo merecía. Si había alguien a quien realmente podía amar era sin duda Samuel y desde luego nunca buscaría hacerle daño u ofenderlo de ninguna manera.
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Blinding Lights ➳ Wigetta
Fanfiction✧ • ° • . • ❝Donde Samuel decide visitar a Willy dentro de la Taberna Oscura❞ ✧ • ° • . • Los personajes principales y los dibujos utilizados en la portada no me pertenecen, créditos a sus respectivos autores<3