Capítulo 1 - Ese día único

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El despertador sonó a las 7:14 am. Louis, como cada día, le costaba mucho levantarse. Ya que no descansaba bien por las noches. Su trabajo era cajero en una pequeña tienda de comestibles. Si bien odiaba ese trabajo (Ya que trabajaba muchas horas) no le permitía hacer sus cosas. Cuando se levantaba cepillaba sus dientes, se duchaba, desayunaba y hacía sus cosas hasta que ¡listo para trabajar!.

Los días eran con mucho frío, la nieve caía sobre las calles, casas. La niebla no permitía ver bien a los conductores, ya que Louis era uno. Así es, Louis ya tenía su propio auto. 

La tienda no quedaba lejos de su casa. Pero no soportaba el frío.

LOUIS ENTRÓ A LA TIENDA JUSTO CUANDO LA ABRÍAN.

Allí estaba Susana, la dueña de aquella tienda, que recién estaba acabando de abrir el local.

-Buenos días, Louis.- Dijo amablemente Susana.

-Buenos días Sra.Susana.

-¿Listo para trabajar?.

Si bien Louis fingía la felicidad claramente exclamó que sí.

Llegaban y llegaban personas. Hasta que la hora de descanso de Louis llegó, obviamente  siempre esperaba el único momento bueno del día. En la mesa, habían sandwiches, la comida que siempre comía a la hora de almorzar día tras día de infinitas horas torturándolo. Ya que, algo bueno siempre había en sus días.

Clientes iban y venían.. Hasta que uno en especial llegó. 

Louis, impresionado por sus rizos alborotados y sus hermosos ojos verdes se quedó embobado mirándolo. 

Harry se posó sobre el mostrador de Louis y dijo:

-Hola, quisiera una malteada de fresa, por favor.- Dijo sonriente.

-Enseguida.- Dijo Louis tratando de disimular cómo lo miraba.

-Son 6 dólares.-Dijo Louis con una sonrisa.

-Adiós.- Exclamó Harry

Harry dio el dinero y se retiró con una enorme sonrisa de aquel local.

Obsesión - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora