—Kenway, abre esa maldita puerta...— Shaun llamó un par de veces más a la puerta, cada vez más irritado; había olvidado en la casa que ambos compartían su cepillo de dientes además del libro que había estado leyendo, quien abrió la puerta fueron Leonardo y Kadar, ambos con sus características sonrisas cargadas de amabilidad, Ezio, que iba tras de Hastings, no dejó pasar la oportunidad de robar un beso al rubio. Shaun frunció el ceño.
—¿En dónde está?— Preguntó el inglés sin rodeos, Leonardo se echó a reír y señaló las escaleras.
—Fue a encerrarse, dijo que no quería ver al novio antes de la boda porque...
—Es de mala suerte. Kenway y sus estúpidas tradiciones...— Hastings interrumpió a Kadar, quien sólo asintió y procedió a asomarse, agitando la mano efusivamente al ver a Arno en el auto, el francés bajó aunque demorando más de lo necesario, pues también tuvo que bajar al pequeño León quien, al escuchar la voz dulce de Kadar abrió los ojos y estiró sus regordetas manos hacia él.
—Espera... ¿Qué hicieron ayer en la despedida de solteros? —Cuestionó el sirio, sosteniendo a su hijo en brazos, Dorian se encogió de hombros.
—Acabamos viendo dibujos animados hasta que alguien se durmió, después... espera ¿estás celoso?
Kadar negó y dejó un beso en la mejilla de su esposo, aunque quizá sí estuviera celoso pero se lo reservó para sí y optó por seguir mimando a su pequeño.
Shaun por su parte entró a la casa, aun cuando los italianos se ofrecieron a acercarle lo que necesitase, aún así el inglés acabó en la habitación que compartía con su futuro esposo, Edward estaba ahí, y no tuvo reparos en lanzarle un cojín.
—¡Nada de vernos antes de la boda!— El rubio estaba escandalizado, aunque agradecía aún no haberse puesto el traje. Shaun bufó frustrado y terminó por quitarse las gafas.
—No puedo verte, ahora ¿me darías mi maldito libro para poder irme?
—¿Para qué quieres el libro? Faltan menos de dos horas... deberías estar arreglandote, no leyendo.
La pálida piel de Hastings se tornó rosada, o quizá un poco rojiza al escucharlo.
—Sólo dame el libro.
Kenway lo tomó de mala gana, aunque en el proceso, dejó caer algo oculto entre las hojas que rebotó en el piso, resonando casi como si una moneda hubiese caído.
—¿Ese es el anillo?
El galés estaba ya indignado, no podía creer el aparente desinterés de Shaun por la boda, o por todas las pequeñas tradiciones relacionadas con ello, pero que hubiese dejado el anillo descuidadamente, fue lo que en verdad le molestó.
—Sí... bueno, lo quería dejar en un sitio donde no lo fuera a olvidar, pero ayer me echaste tan rápido que olvidé varias cosas. Arno me tuvo que prestar algo de ropa para dormir...
Edward se relajó ante la explicación e incluso sonrió.
—Sal de la habitación, para poder buscarlo y no tener que verte...
Sin ganas de continuar discutiendo, Shaun obedeció y minutos más tarde, Kenway sólo estiró la mano fuera de la habitación para entregarle el anillo, sujetando su mano por más segundos de los necesarios.
—Te veré más tarde.
—Shaun se despidió con eso, sonriendo aunque sabía que Edward no lo vería, y mucho más tranquilo se retiró junto a Ezio y Dorian.
—Hora de irnos...— Anunció Leonardo con una sonrisa, Edward parecía algo confundido, faltaba casi una hora para la boda, aunque en realidad no tenía idea de donde sería; Shaun no le dejó entrometerse en los preparativos, y por su actitud renuente a casarse, estaba seguro que sólo sería algo sencillo frente al registro civil. Kadar le entregó una venda.
—Shaun no quiere que veas donde será la boda hasta que estemos ahí...
Se encogió de hombros ante la explicación, Edward se cubrió los ojos y se tomó el viaje para dormir un poco, pues los nervios por la boda, poco pudo descansar.
Aún al llegar, no le dejaron descubrirse los ojos, aunque comenzó a tener dudas sobre donde se encontraba, especialmente al notar algo de dificultad para poder avanzar, Leonardo le guió y al llegar a su destino le quitó lavenda. Edward estaba sorprendido.
Shaun Hastings no era especialmente bueno en expresar sus sentimientos por Edward, lo amaba sin duda alguna, y lo conocía mejor que nadie, y por ello, había conseguido acomodar todo para la boda, había un improvisado pasillo marcado con flores a los costados, las sillas estaban a los lados, aunque realmente no había muchas personas, sólo los amigos más cercanos de ambos, incluso a algunos como Anne, Mary Thatch y Vane, con quienes Edward había perdido el contacto hacía años, estaban ahí, Shaun sabía lo importantes que eran para el galés.
Hastings aguardaba al final del pasillo, en un traje negro, aunque gracias al calor ya se había deshecho de la chaqueta del traje y las mangas de su camisa estaban a la altura de sus codos, de brazos cruzados esperando al mayor. Ezio estaba ahí también, por lo que Kenway entendió, sería quien celebraría la ceremonia.
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Edward × Shaun
Fanfiction15 días de la OTP, serían 30 pero soy demasiado vaga para eso... Ningún one shot tiene relación entre sí