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Fue un sábado por la tarde, en medio de una de sus peores resacas-producto de haberle llorado a su reciente ex toda la noche y pensando precisamente que era ella- en la que Yoongi contestó una llamada inesperada y misteriosa de un desconocido que, de buenas a primeras, comenzó a despilfarrar oraciones que él no entendía, por más que intentara escuchar con atención. 

Realmente, realmente necesito decirte esto

La voz era la de un muchacho con un timbre de voz armonioso. Jimin, como dijo llamarse dos llamadas después, comenzó entre hipidos y palabras amontonadas una tras a otra, a contarle la historia de cómo había terminado en el hospital con un ojo morado y un dedo abierto por la mitad.

—Umhh, disculpa, creo que te has equivocado.

Yoongi esa tarde se sintió derrotado, no sólo porque técnicamente seguía con el corazón roto, sino porque su voz no había salido como esperaba -ruda y autoritaria- y en su lugar había hablado débil e inseguro -tal cual como se sentía-, sin poder cortar de tajo lo que sinceramente no le interesaba escuchar. 

Es decir, sé que es mi familia y todo eso, pero me hace sentir muy mal, ya no quiero tener contacto con él, por su culpa mi dedo tiene cinco puntadas, ¿o qué piensas?

—...¿Que te alejes de él? Supongo— ¿Era tan miserable para rendirse y hablar con el desconocido? Sí, lo era. Ya se había hecho a la idea de que su resignada forma de ser era un problema a solucionar.

Pero es mi primo hermano, ¿sabes? Su padre es hermano del mío... Crecimos juntos. 

Yoongi suspiró sin entender por qué el desconocido insistía tanto por alguien que lo había lastimado. Los sentimientos son muy complicados. Lo había aprendido de mala gana. El chico debía de aprenderlo también antes de que la herida se hiciera más grande, así como le había pasado a él. 

—¿Es la primera vez que te hace daño? —preguntó no sin hartazgo.

Así como lastimar, lastimar... No sabría decirte, necesitaría explicarte, él es un poco bruto y... 

— ¿Sí o no? 

—Es que insisto, tengo que contarte porqué... 

—Uh, voy a colgarte.

¡Ah no, no! Está bien, sí. Lo ha hecho antes, pero...

—Aléjate de él, niño. 

En esa primera ocasión, Jimin terminó la conversación después de explicarle que en realidad sentía culpa por dejar de hablarle a su primo, aunque ya no soportara su compañía. Que si había aguantado tanto había sido en cortesía a su tía política que era bastante sensible.  

Yoongi le dio la razón con un seco "suerte" que el chico respondió con algo que lo había dejado helado: "Espero que pronto te sientas mejor. Lo digo por tu voz, eh. Sonaría mejor sin esa tristeza". Y con un tono más aliviado, se despidió agradeciendo, y colgó sin más. Yoongi, impactado por la conversación, no pudo más que echarse a llorar de vuelta.  

Sin haberlo previsto, Jimin le había hecho ver que no necesitaba más a su ex. 

La segunda llamada, sin embargo, no fue reveladora como la primera, aunque también le tomó de sorpresa. Después de un largo día en el trabajo, había pensado que podría llegar a casa y tomarse un café mientras revisaba tiendas en línea de música (método infalible para tratar de llenar su ligero vacío emocional), pero apenas y desbloqueó su celular, su teléfono fijo sonó en la fría sala, haciéndolo brincar por lo repentino del acto y llevándose su bebida al piso por el golpeteo que le dio a la mesa con su rodilla. 

Cold Phone [myg+pjm] ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora