P 𝚛 𝚎 𝚐 𝚗 𝚊 𝚗 𝚝 ↪ Emiliaco【Omegaverse】

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Otros tres Capitulos más y terminamos esta historia.

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—Michelle, cariño, detén está locura. —pidio Magdalena a su hija. Michelle llevaba días incluso meses planeando del como iba a deshacerse de Joaquín y sus hijos.

Quería a Emilio para ella, no soportaba que el idiota del Omega se acercara a el. Odiaba a ese Omega por haberle quitado lo que más quería. Pero está vez no sería la excepción, llevaría acabo su plan, mataría a Joaquín y a sus bebés.

—No mamá, no lo dejaré pasar —su voz fría hizo temblar el pobre cuerpo de su madre. —Joaquin morirá, Emilio quedara destrozado que estaré yo para consolarlo. Se enamorara de mi, nos casaremos y tendremos una vida de lujos como siempre lo hemos querido madre. Esto lo hago por nosotras mamá. Confía en mí.

Magdalena sabía muy bien la locura que su hija iba a cometer. Michelle no amaba a Emilio más bien tenía una obsesión con el, ella merecía a alguien que la amara de verdad, tenía que hacer algo y rápido. Cuando vio salir a su amada hija pensó en algún plan para impedir el plan de Michelle.

Nada saldría bueno, y eso lo tenía muy en claro.

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Joaquín acariciaba su enorme barriga, faltaban unas semanas para que Johann y Fabiola llegarán al mundo. Sus amados bebés eran esperados por toda la familia en especial sus tíos Kiko y Romina quienes eran los padrinos de ambos niños. Emilio observaba desde el marco de la puerta a su pareja, nunca imagino en tener una familia junto a Joaquín.

Cuando se conocieron ellos eran unos completos desconocidos. Si no fuera por Seidy quien fue la primera amiga de el omega jamás lo hubiera conocido bien. La primera vez que se vieron fue en la escuela, Emilio y ella tenían nueve años y Joaquín ocho, se llevaban por un año. Suspiro al recordarlo, el teléfono sono y fue hacia el.

—¿Bueno?

—¿¡Emilio que bueno que contestas!? ¡Verás tenemos un problema con los paquetes aún no nos han llegado y la fecha exacta era hoy!

—¿Que dices María? —Joaquin se adentro en la cocina para escuchar bien. —Ellos nos dijeron que para hoy nos iban a llegar.

—Lo se, será mejor que vengas a la empresa para solucionar este problema. Ya tenemos muchas quejas.

—Maria no puedo, estoy cuidando a Joaquín. Avísale a mi padre y a Kiko.

—Esta bien jefe, como usted ordene.

Emilio dejo el teléfono en su lugar, arrugó la frente. La empresa del extranjero les habían quedado mal.

—¿Todo bien amor? —Emilio escucho a Joaquín. Se veía muy hermoso con una barriguita.

—Problemas, nada importante.

—Ya lo sé Emi —no era estúpido, el sabía cuándo Emilio le ocultaba cosas. —Anda ve cielo, yo llamaré a Renata, Seidy y Romina para que me cuiden.

—No, Joaquín hace unos días me dijiste que no te dejará solo. Que tenías miedo. Y eso es lo que hago.

—Pero la empresa te necesita más cariño.

—Tu me necesitas más Joaco y más ahora que llevas a Fabiola y a Johann en tu vientre. Además, papá y Kiko pueden encargarse de eso.

—Esta bien cielo tu ganas. —dijo besándolo.

—Oye vamos a la habitación, necesitas descansar.

—Claro.

Michelle observaba en su auto, como las luces del apartamento se apagaban y no vio salir a Emilio de su departamento. Optó por poner el plan b. Bajo del auto, ponerse ropa negra fue la mejor decisión que pudo tomar al igual que con el antifaz, así no daría sospechas de que fue ella. Ingreso al edificio, el guardia estaba dormido, entro sin hacer ruido. Camino entre los pasillos, entonces escucho como una puerta fue abierta.

—¿En serio? Se te antojo unos cupcakes. —ese era Emilio.

—Oh vamos, tu mismo me dijiste que me ibas a complacer en todo. ¡Ahora cumple con tu palabra!

—Esto debería llamarse "maltrato al esposo" —Michille se escondió entre las cortinas. Agradecía que fueran largas. Emilio se perdió en el pasillo.

Esta era su oportunidad.