p a r t e I

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"En diez paso, Teo, ¿tenés todo listo?"

"¿No podés pasar en veinte? Me quedé dormido"

Manuel revoleó los ojos. "Sí, me imaginé. En veinte paso. Acordate de preparar eso, así hacemos más rápido"

"Sí, sí, bueno te corto porque si no tu vieja lo va a preparar. Encima todavía no me bañé", decía malhumorado. El mayor escuchaba ruidos del otro lado del teléfono, como si estuviera dando vueltas por toda la casa. "Avisame cuando estés cerca de casa, te amo"

"Es tu culpa po-" el menor finalizó la llamada, dejando a Manuel con la palabra en la boca. Se sacó el celular de la oreja y lo apoyó sobre la cama. Revisó su habitación, verificando no olvidarse de nada. Cargador de celular, auriculares, cuaderno de notas, dos libros...

En cuanto a ropa no llevaba mucho, sólo lo justo y necesario para pasar una semana en la playa. Cerró la pequeña valija de mano que había preparado el día anterior, se colgó una mochila mediana al hombro que contenía documentos, los papeles del auto y demás cosas a las que necesitaría acceso rápido, y salió de su habitación.

"Ya me voy" anunció a su padre, quien desayunaba en el comedor leyendo el diario. Se acercó para despedirlo, convirtiendo el saludo en un cariñoso abrazo. De la puerta de la cocina salió Martín, su hermano pequeño, vistiendo un pijama de Shrek.

Corrió en su dirección eufórico, aferrándose a sus piernas e impidiendo que el mayor se moviera. "No te vayas, Manu" soltó casi llorisqueando. El nombrado lo miró con ternura, apoyando una mano en su cabeza y acariciando su cabello con suavidad.

"Pero me voy una semana, nada más. Cuando vuelva vamos a pasar el doble de tiempo juntos que ahora, vas a ver"

"¿Me lo prometés?" preguntó con los ojos brillosos. Sonrió.

"Sí, pero si vos te portás bien y no hacés renegar a mamá"

"Mmm..." el más pequeño se separó de las piernas de su hermano, tomando un poco de distancia. Manuel se agachó a su altura, esperando una respuesta.

"¿Te parece?"

Hubo algunos segundos de silencio, hasta que Martín respondió, con voz tenue.

"Bueno, dale" él y su padre soltaron una carcajada. "¿Me vas a llamar?"

"Sí, todas las noches"

Su hermano asintió, no muy convencido.

Ellos dos eran muy unidos, y por eso Martín no quería separarse. Confiaba en que haciendo al menos una videollamada al día el niño no iba a extrañarlo tanto, después de todo, era sólo una semana. Se terminó de despedir de ellos con un fuerte abrazo, saludando también a su hermana, quién se levantó específicamente para eso.

De camino al auto, le llegó una notificación de su madre, despidiéndolo también. Aunque estaba en el trabajo, se tomaba la molestia de enviarle un mensaje. Manuel sonreía nostálgico, pensando en que su familia, quizás, era un poco dramática.

Dejó su valija de tamaño mini en el baúl, encendió el auto y mientras guardaba en la guantera los papeles del mismo, le mandó un audio a Mateo diciéndole que ya estaba yendo para su casa. El menor no lo vio al instante, y Manuel supo que probablemente seguía bañándose, o hasta armando la valija.

vacaciones; trueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora