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NARRA TESSA

"¡Tienes que llamarlo!" exclamó mi amiga de pelo platino, dando un bote sobre mi cama

"No pienso hacerlo"

"¡Oh, venga ya! ¡Ha pasado como una semana! ¡El chico debe de estar desesperado!" respondió ella, refunfuñando

"Si de verdad quiere quedar conmigo, que venga y descubra mi casa. Dijo que tenía contactos, por lo que le será más fácil. Es como un jueguecito"

" ¡Si no lo llamas tú, lo haré yo!" y rápidamente cogió mi preciado Iphone de mi cama

"¡Molly Trainor! ¡Como lo llames, te meto tal tortazo que se te va a ir el tinte rubio!"

" A ver, Tessa. ¡Esto es una señal! Acabas de terminar con Zack, y se te presenta una nueva solución ante tus ojos, que además tiene los ojos verdes y esta cañon, por lo que me has contado"

Puse los ojos en blanco

"Además yo lo hago por tu bien. Hoy es viernes y no tienes otra cosa que hacer que quedarte en casa, mirando el techo, porque yo hoy he quedado con  un chico monísimo llamado Nate"

"Oye, que tal vez tengo una cena importante con mis padres esta noche...." mentí, mirándome las uñas.

"Con tus adinerados papis ¿no?"

Antes de que me diera tiempo de replicarle algo a mi amiga, algo golpeó mi ventana.

"¿Qué coño....?" preguntó Molly extrañada.

"Algún pájaro que se habrá estampado...."

Otro ruido, de algo estampando otra vez contra mi ventana.

"Esta vez no es un pájaro" murmuré, levantándome para abrir la ventana y ver de donde provenía ese ruido.

La abrí y para mi gran sorpresa, un chico de pelo marrón y rizado se encontraba allí abajo.

"Bonita casa, Tessa" respondió con sus grandes ojos esmeralda..

"¿Jace? ¿Pero..? ¿Cómo..?"

Fulminé con la mirada a Molly.

"¡¿Jace?! ¿Esta aquí? ¡Te prometo que yo no he hecho nada!" gritó ella, saltando de mi cama y apartándome de la ventana para poder verle.

"La verdad es que no esta nada mal" susurró Molly, riéndose.

"¿Sorprendida de que me veas aquí? Más sorprendido estaba yo de que no me hubieses llamado en toda la semana. Has estado en mi mente todos estos días"

Mis mejillas se sonrojaron levemente.

"Es que es estúpida. ¡Yo le he dicho miles de veces que te llamase!" chilló mi alocada amiga, desde la ventana.

"Bueno ¿Voy a tener que quedarme debajo de tu ventana toda la tarde como Romeo esperando a Julieta? ¿O prefieres bajar y pasar unos momentos inolvidables?"

Mis ojos se abrieron como platos

"!Espera, que voy a arreglarla un poco! ¡Danos cinco minutos!" respondió Molly por mí, llevándome de un tirón hacía mi cuarto.

"Ella no hace falta que se arregle. Siempre esta guapa."

Me mordí el labio, mientras que mi amiga (que parecía más excitada que yo) sacaba un par de pinturas

NARRA JACE

"Entonces ¿No te ha llamado en toda la semana, la muy perra?" preguntó Zack, encendiendo un cigarro.

"Pues no. ¿Qué hago? Lo que tenía yo hoy pensado era ir a una discoteca a ligar o a alguna fiesta" respondí.

"Cambio de planes. Te doy la dirección de su casa y haces planes con ella"

"Joder ¿y qué hago?"

"Pues no sé, alguna sorpresa o cosas normales. Yo soy el de la moto, tu el de la imaginación" dijo dándole una calada a su cigarro con la mano izquierda, mientras que con la otra, escribía rápidamente una dirección en un papel en sucio.

"Toma. Vas para este sitio, ahora y le das una sorpresa. Ah y haz que se divierte bastante o no tendrás nada"

Sonreí.

Claro que se iba a divertir, y de lo lindo.

NARRA TESSA

"Yo pensaba bajar con la ropa que llevo" dije mirándome en el espejo que tenía enfrente

"Ni de broma vas a ir en vaqueros y sudadera" y en un segundo, Molly sacó de mi armario una blusa blanca y unos pantalones negros ajustados.

"Toma, ponte esto. Como no da tiempo de planchar tu alocado y oscuro pelo, puedes hacerte una trenza de medio lado y...." ordenó mientras miraba en su estuche de maquillaje y arrugaba la frente "Podemos darle color a esos labios y alargar esas pestañas"

En menos de cinco minutos, mi amiga quiso "tener el orgullo" de echarme algunas pinturas y de dar "los últimos retoques" mientras yo bajaba alocadamente por las largas escaleras.

Nos paramos ante la puerta de la entrada de madera y respiramos hondo.

"Buena suerte y.... cualquier cosa ¡me mandas algún mensaje!" exclamó con una sonrisilla, mientras me guiñaba un ojo.

Le saqué la lengua y tres segundos después abrí la gran puerta.

Allí estaba, apoyado en la pared con una chaqueta de cuero, mientras se removía el flequillo.

Parecía un ángel. Un ángel que había estado esperando en mi puerta y que ahora me miraba  con una sonrisa blanca, esperando a que yo llegase.

GranadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora