BOO

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Estaba cayéndose el cielo afuera cuando salí de la oficina y me disponía a buscar mi coche en el estacionamiento, entonces se escuchó un sonido...

- ¡Maldición! – me estremecí escuchando los truenos y la lluvia caer.

- Baek será mejor irse a casa ahora – dijo a mi lado mi mejor amigo, mientras se metía a su propio coche. Definitivamente sería mejor ir a casa ahora la tormenta prometía volverse más fuerte y los truenos se volvían más fuertes.

- Supones bien, hasta el lunes Jong – me despedí con un movimiento de mano mientras arrancaba mi coche.

Conduje con cuidado todo el camino a casa, hasta dejar el coche en el garaje, pero cuando baje de este volví a escuchar un sonido, pero esta vez fue uno más peculiar así que busque alrededor; hasta que lo vi, era un precioso cachorro, el cual estaba empapado y temblaba de frío.

- Oh pequeño, pero ¿qué te ha pasado? – lo acogí en mis brazos importándome nada que pudiera ensuciarme y lo llevé dentro.

Lo seque con cuidado además de envolverlo en una sábana caliente el pobre temblaba mucho.

- Tranquilo – acaricie sus orejitas y lo lleve hasta mi habitación.

Ese día fui a la cama sin cenar.

- ¡Maldita alarma deja de sonar! – gruñí – Juhmm! no me quiero levantar.

Gemí estirándome, hasta que sentí que algo se removía a mi lado.

- ¡Oh, joder!!! - pegué el grito en el cielo y entonces lo recordé con el ladrido sonando en mi oído.

- ¡Pequeño! Que susto, olvide que estabas aquí, ¿Tienes hambre?

Salí de la cama y me dispuse a cambiarme de ropa tenía que salir a comprar algo de comida para el cachorro, no podía darle cualquier cosa, que tal si lo mataba.

- No tengo ni idea de que comida sería buena para ese cachorro - murmure mientras recorría la sección de animales en el supermercado;  yo nunca antes había tenido una mascota.

- Disculpa – le dije a una chica que estaba colocando productos en el estante. - ¿qué comida es la mejor para un cachorro?

La chica amablemente me indico que podía comprar y llene el carrito con comida y alguno que otro juguete y algunas cosas para mí que faltaban en la nevera, y me apresure a la caja.

- ¡Oye!! fíjate por donde vas. – gruñí, un idiota me había empujado llevándome a caer de culo al suelo, cuando salía del supermercado.

- ¡Mierda! Lo siento – dijo una voz ronca - tengo un poco de prisa y no me fije – el chico ayudo a levantarme, se disculpó una vez más y se fue corriendo gritando el nombre de alguna mascota mientras veía a todos lados, no le di mayor importancia y seguí mi camino, yo también tenía que llegar pronto a casa y alimentar a un cachorro.

Mientras abría la puerta fui recibido por un ladrido emocionado, un par de patitas suaves y una cola moviéndose alegremente.

- Ow parece que alguien se alegra de verme – dije, aunque más bien creo que es por el olor a comida, más que por mí.

- Ven, vamos a comer algo.

Lo lleve hasta la cocina y le di de comer en un cuenco para perros que compre en el supermercado.

Después de un rato le di un baño a pesar de que a simple vista podía decirse que era blanco el perro más parecía de cualquier otro color menos blanco.

¿Boo? o ¿Blue?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora