Narrador: Hace mucho tiempo, en un bosque existía un leñador muy trabajador, con dos hijos muy traviesos .Un día salieron a jugar al bosque y se perdieron.
Ximena: Oye hermano ya nos perdimos, no?
Juan: No, no seas tonta la casa está para el norte
Ximena: no estaba al sur
Juan: O al oeste
Ximena: Oye Juan dime que trajiste la brújula o las piedras para marcar el camino?
Juan: No pensé que tú traías las cosas
Ximena: Lo único que se me ocurre ahora, es gritar pero quien sabe cuanto hemos caminado.
Juan: Todo esto es tu culpa Ximena yo te dije que trajeras las cosas
Ximena: No es cierto es tu culpa tu siempre los traes
Juan: Entonces ya te tocaba
Narrador: Juan y Ximena discutieron por mucho tiempo que cuando se hizo de noche vieron las luces de su casa y corrieron para allá
Ximena: apúrate Juan corres muy lento
Juan: Es que me duele mi pierna
Ximena :bueno pero córrele que papá nos puede confundir con osos bebe y nos puede disparar con la escopeta
Juan : tiene razón
Narrador: 5 minutos más tarde
Juan: llegamos al fin
Ximena : yo ya no vuelvo a ir a ningún lado contigo
Juan:( le sacó la lengua a Ximena)
Papa: por fin llegan los estuve esperando toda la tarde
Juan y Ximena: lo sentimos papá
Papa: pues lo van a sentir más cuando mañana todo el día estén cortando leña para la chimenea
Juan: No fue culpa de Ximena, fue mía si yo no hubiera olvidado la brújula y las piedras nunca nos hubiéramos perdido
Ximena: No te eches la culpa Juan fue de los dos
Narrador: El papa al ver que los dos hermanos estaban más unido les desidio quitar el castigo, y asi los tres se quedaron platicando en frente de la chimenea.
