Capítulo 2 "Mentiras."

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—Lo sé...No te merezco...pero esta vez, te prometo que será diferente. Keith...sabes lo mucho que te amo, ¿no?

Me dijo Ismael acariciando mi mejilla y mirando me inquieto, esperando a que le contestara algo. ¿Pero que podía decirle? "Oh, claro, ¿cuántas veces me has dicho eso? ¿¿Qué me quieres?? ¿¿Qué esta vez será diferente?? Vamos, vete a la mierda".

Eso le hubiera dicho si no me hubiera quedado embobado con su mirada. Yo era demasiado débil ante él.

—Ja, de verdad me tratas de estúpido...

Suspiré y me levanté de la cama para a continuación secar mis lágrimas con mis manos y dirigirme al baño a darme una ducha. Era muy pronto y no quería lidiar con ese estrés por el momento.

Mientras tanto en la habitación, tumbado en la cama con el móvil en una mano y un cigarrillo en la otra, estaba él. Ismael siempre apochevava cuando yo estaba ausente para fumar, aun si luego olía, le daba igual.

Yo estaba demasiado ocupado limpiando me y cayando mis pensamientos, por lo que no podía ver como este, le enviaba fotos de su cuerpo a una chica.

En verdad a veces me preguntaba como podía ser tan pasota. Él siguió a lo suyo incluso cuando yo ya estaba fuera del baño, con la toalla que cubría sólo mi entrepierna, apoyado en la pared y observando en silencio. Bueno, en silencio hasta que le interrumpí con una tos falsa.

—5 minutos Isma....¡5 putos minutos! ¿¡Qué mierda te pasa que no puedes dejar de serme infiel ni 5 MINUTOS DE MIERDA!?

Grité enfadado y decepcionado. Estaba en mi límite, este chico me saturaba demasiado. Por mi reacción, Ismael dejó el móvil y se tapó en cuestión de segundos. Aún tenía el valor de fingir sorpresa...

No...No...No es lo que crees. Yo estab-

—Mira tío...me tienes hasta la polla...esta noche me voy a acostar con el primero que vea, así como lo haces tú...

De nuevo le interrumpí. A ver, para ser sincero, no me iba a acostar con nadie, pero no iría a dormir a casa esa misma noche. Ya le diría a mi mejor amiga de quedarme a dormir a su casa. Por que yo sólo quería molestarle para que sintiera lo mismo que yo. Yo no era así como este bastardo. Exhausto me vestí y salí del apartamento cerrando la puerta de golpe dejando le en silencio. Por lo menos que no me jodiera el resto del día.





La mañana había transcurrido con normalidad, sólo clases y más clases hasta las 18:00 P.M, cuando por fin abandoné la universidad para dirigirme a la casa de mi amiga Elena. Ella siempre había estado para mí cuando pasaba por tiempos difíciles, sobre todo cuando se trataba de Ismael.
Bueno, que me desvio. La cosa es que fui a pasar la noche con ella, a hablar de muestras vidas amorosas y cosas así. En ese momento sólo necesita desahogarme, ¿Y quién mejor que con Elena?

Ele...Estoy decepcionadísimo, es todo un mentiroso...

—Joder...Nene, ya me sé esa historia...Él es un cerdo, dejale y buscate a un buen tipo. ¡Cualquiera se moriría por estar contigo! Solo mirate, Keith. Con ese pelito negro tan brillante y tus ojos azules...Por dios, hijo...¡Ismael no se merece un bombón de chocolate tan sexy como tú!

Me decía ella toda segura de si misma. En algo en lo que ella acertaba era en hacerme reír.

Un sexy bombón, eh~ jajaja.

Esa noche reímos y parloteamos como cotorras. Pero como todo lo bueno, duró poco. Pasó algo que sin duda, no me esperaba.
Eran las 23:40 cuando llamaron a la puerta de la casa. Yo salí del salón y fue a la entrada. Estaba con los huevos bien prietos, no sabía si abrir la puerta o no, ya que llamaban con demasiada insistencia, hasta golpeando el timbre.

Cuando abrí, vi a un inútil con la mirada baja, llorando y "con el rabo entre las piernas". Quiero decir; vi a Ismael. Se veía mustio y solitario pues no levantaba la mirada ni por un segundo.

Conociendo le, me diría que estaría preocupado, que no quería perderme o algo encaminado pero en cambio se disculpó. Fue un momento raro. Él nunca se disculpaba sin poner escusas o sin decir que cambiaría. Pero ahí estaba él. Confesando todas las veces que me había sido infiel con chicas cualquieras. Me explicó, <<si se puede decir así>> que sus padres no querían verle con un chico, ni siquiera él mismo, al menos en un principio, por que también me reveló que por mucho que se acostara con chicas, yo seguía en su mente. Confesó que realmente no quería herirme pero era inevitable.

De verdad...Lo siento por todo...Y si te preguntas como te encontré...Le pregunté a tu mejor amigo donde estabas. Sólo quería disculparme por ser un idiota contigo. Por favor...¿Podemos volver a empezar?

Continuó mirando me por fin a los ojos. Se notaba que no estaba bien, quien diría que nuestra toxica relación le había conseguido poner así por primera vez.
Para mí, sentirme depre ya era algo normal pero que el estuviera de tal forma, eso era rarísimo.
Después de analizar bien la situación, contesté aun que tardé varios segundos. Pensé que si lo íbamos a intentar de nuevo, debíamos hacerlo bien.

—Vaya...Reuniste valor para hacer esto, huh. Mira...yo estoy muy cansado de todo lo que me has hecho...pero podemos intentarlo de nuevo. Si nos damos primero un tiempo para reflexionar. Se que pensarás que soy muy complejo, pero es lo mejor para ambos. Así que si es así, entonces acepto.

En lo que él y yo hablábamos, Elena estaba apoyada en la pared de atrás mío con un vaso de zumo en una mano y un cigarro en la otra, mirando con odio a Ismael, como si le estuviera diciendo: "Atrevete a romperle más el corazón y te mato". Él notó su fulminante mirada a lo que tragó saliva devolviendo la mirada a mí asintiendo con la cabeza.

De acuerdo.

Después de darme su respuesta, me acerqué y le abracé suspirando pesadamente. En mi mente rezaba por que todo saliera bien esta vez.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2020 ⏰

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Mi amor es enfermizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora