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XXVII

Tres días así habían pasado y Taehyung ya no daba más, no podía soportar otro golpe más. Todo estos días aquel chico se pasó golpeándolo, luego el otro chico volvió aprovechándose de él. Estaba claro que ambos estaban enfermos, ambos chicos estaban locos de remate. Quería salir de allí pero sabía que sería difícil.

La noche ya había llegado y el frío comenzaba a hacerse presente, la pequeña ventana del lugar le dejaba ver la nieve caer, sonrió un poco recordando el último día que vio a Yoongi. Estaba concentrado escribiendo en su escritorio, este le había dicho que se sentase a su lado para darle inspiración y Tae no dudo en hacerlo. Lo extrañaba.

El frío del suelo debajo suyo hacía que tenga escalofríos, ya que todo su torso estaba descubierto, por suerte aún conservaba los pantalones, aunque éste se encontraba desabrochado, agradeció cuando aquellos chicos lo dejaron en paz y no llegaron a más.

Le dolía el abdomen y el rostro, también los brazos. Tenia hambre y frío. Se encontraba deplorable, con ojeras, pálido, con los labios levemente rotos y los ojos de un color rojo por tanto llorar. A cualquiera que lo viera le daría lástima, pero nadie había allí. Se encontraba solo, desorientado. Realmente no le importaría recibir miradas de lastima y pena, solo deseaba que hubiera gente allí y así poder pedir o en todo caso, suplicar ayuda.

No sabía ni entendía como había llegado a esto, se sentía tonto e inútil, si tan solo le hubiera contado a Yoongi lo que pasaba, quizás lo hubiera ayudado pero no, allí se encontraba. Al parecer, aquel chico estaba logrando lo que se propuso, hacerlo sentir miserable.

Pensando y pensando, de esa manera se quedó dormido a pesar del frío que sentía, a pesar de querer seguir llorando sus ojos de aguantaron y se cerraron de un momento a otro.

Aunque no duró mucho, pasaron unas cuantas horas cuando alguien comenzó a moverlo nuevamente, sentandolo bien, él con la poca conciencia que conservaba no lograba ver de quién se trataba, supuso que eran los chicos de nuevo ¿Quien más sería si el lugar estaba abandonado?.

─Despierta idiota

─Hyung ya déjalo, ya tuvo suficiente

─¿Que ya tuvo suficiente? Quiero que se sienta peor, no importa si muere en el intento, aunque antes de eso necesito hacerlo mío

Quizá no podía ver ni escuchar bien, pero si sentía, sentia como aquel chico lo despojaba de la poca ropa que tenía, el frío se hacía más intenso conforme los segundos pasaban y el no podía hacer nada.

─Mierda Hyung, no lo hagas

─Si no me vas a ayudar maldito imbecil ¡Vete! Falta poco para que aquel idiota me traiga el dinero, debo aprovecharme más, lo necesito

─Esto no fue lo que acordamos...

Pudo oír como la puerta del lugar se cerraba con fuerza, su vista aún seguía borrosa, sus manos atadas y sus piernas habían sido bruscamente abiertas. Sabía lo que venía, no era tonto.

─Anda, vete, así podré divertirme mejor ¿No es así hermoso?

─D-Dejame... porfavor...─ Sabia que pedir piedad era inútil, pero a estas alturas ¿Que más podía hacer?.

─ Cállate. Será rápido.

No pasó mucho cuando sintió el miembro de aquel chico penetrarlo de manera brusca haciendo que suelte un gemido de dolor, de pronto pequeñas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas mientras su cuerpo era sacudido una y otra vez debido a la fuerza de las embestidas del chico.

Los minutos pasaban y el chico no se detenía, sus manos aún seguían atadas, no supo en que momento su rostro se estrelló contra el suelo.

─¿Porqué no gimes para mi idiota?─ Sin embargo no tenía fuerzas para pronunciar una palabra más.