RAIN [ Vmin ]

☔: RAIN

—Te amo...

La lluvia cae. Las gotas me empapan. Pero a pesar de ello no me muevo, no me atrevo a quitar los ojos de ti. Tus palabras aún dan vueltas en mi cabeza, me abruman, me desarman, me desconciertan. A pesar de todo por lo que hemos pasado, suenan sinceras. Pero no me atrevo a creerlas.

Ya te entregué mi corazón aquella vez ¿Y para qué?
No obtuvimos más que tristezas.

Estuvimos lejos durante tanto tiempo... No quiero creerte. No quiero. Me niego.

Sin embargo mi corazón me pide a gritos que deje de ser estúpido y corra a tus brazos en busca de abrigo en esta tarde lluviosa.

Estoy tan confundido, no sé qué hacer

Sin que pueda evitarlo, sin ni siquiera aprobarlo, empiezo a llorar. Las lágrimas corren por mi rostro y tú, aún cauteloso, te acercas a mí, con la esperanza de obtener una respuesta de mi parte.

Tus pasos son lentos, cautelosos. Tu cabellos se pega a tu rostro debido a las gotas frías que caen del cielo.

Nuestras miradas se encuentran. Mis ojos se pierden en los tuyos, donde hay ternura, comprensión y cariño.

Alzas tu mano con lentitud, como si pidieras permiso para tocarme. Al ver que no me opongo ni me aparto, acunas mi rostro suavemente. Y de alguna manera, desencadenas mis sentimientos por ti. Y te amo, te amo con tanta fuerza, con tanta intensidad que duele.

El aguacero aumenta. El cielo llora conmigo y nos envuelve como una cortina transparente.

—Taehyung, yo —la voz me tiembla y se quiebra ni bien empiezo a pronunciar las palabras—. Yo...

—Shh... Está bien. —Murmuras a modo de consuelo. Acaricias mis mejillas, parece que quisieras limpiar mis lágrimas, pero es inútil porque la lluvia ya nos ha empapado.

Cuando te miro, tus ojos desbordan amor, jamás me miraste así antes. Pero ahora...

—Te amo, Jimin —dices con tu aliento fundiéndose al mío. Y yo decido que te amo y que no dejaré que te vayas nuevamente.

Te abrazo, tembloroso. Tomo aire y agarro valor para decirte lo que siento.

—Taehyung —susurro con el corazón acelerado—. Te amo.

Al principio, pienso que no me has escuchado por lo bajo que he hablado, pero pronto siento como alzas mi rostro hacia ti. Tus ojos, aquellos preciosos orbes que tanto amé, amo y amaré, desbordan alegría, brillan, como dos gemas preciosas.

Con lentitud, nuestros rostros empiezan a moverse hacia el otro. Y cuando finalmente encuentras mis labios, un suspiro abandona mi ser, seguido de un jadeo leve.

¿Sabes cuánto deseaba besarte? ¿Cuántas noches en vela pasé pensando en ti? ¿Cuántas veces fantaseé con este momento? ¿Cuántas veces imaginé aquellas palabras saliendo de tu boca?
No creo que lo sepas. No lo creo, pero ahora, tendré el tiempo suficiente para expresarte hasta que punto te amo.

Aunque no. No hay un punto. Porque el amor no se puede acabar, no tiene límite. Es indomable, implacable, imponente y hermoso. Y tú, amor mío, eres dueño de este corazón que sueña un futuro contigo.