Ya me harta despertar y no encontrarlo a mi lado, entiendo que le incomode estar conmigo ya que no nos veíamos desde hace tiempo pero me gustaría que se quedara conmigo por lo menos. Salí de la cama para buscarlo creí que estaría en la sala pero no era así, fui a la cocina para revisar y ahí estaba. –¿Que haces?– me le acerqué un poco cuando volteó, pude ver que en su mano tenia aquel frasco de pastillas. –¿De donde sacaste eso?– me acerqué más y le arrebate el frasco de las manos. –Crei que no me harías a daño.– retrocedió un poco. –No planeaba hacerlo solo...no quería que te fueras esa noche.– me quedé donde mismo ya que sabía no quería que me le acercara más. –¿Y creíste que drogarme sería una buena idea? Obviamente no, pudiste hablar conmigo para que me quedara aquí había más formas, pudiste intentar convencerme.– su voz era cada vez más fuerte parecía que estaba enojado pero su rostro mostraba más temor. No dije nada y dejé de verlo ya no podía mirarlo a los ojos, me sentía mal pero am mismo tiempo me sentía tan enojado. –Supongo que ya te sientes mejor, me voy entonces.–
Agarro su chaleco que estaba en una de las sillas y se dirigió a la puerta, casi corriendo fui a hacia el y tomé su mano antes de que la abriera, me miró confuso pero se podía apreciar el temor al mismo tiempo, tomé su brazo y como pude lo llevé a el sillón y lo acosté en el me coloqué sobre este. –Créeme, tu no te vas a ir a ningún lado aún.– lo lleve a mi cuarto y con unas cuerdas que guardaba amarre sus manos y piernas para que no pudiera moverse, en mi armario se encontraba un pequeño cuarto que era imposible saber que estaba ahí ya que la puerta no parecía una, deje a kurt ahí y le di un pequeño beso en la frente antes de irme. –Mas te vale no hacer ruido.– antes de cerrar la puerta lo mire un poco más. –Tranquilo, te visitaré más tarde.– salí de mi habitación y fui por un par de cosas para ir a beber algo.Me sentía mal por hacer esto pero ya me pasó antes y hasta cierto punto se que todo estará bien, por lo que puedo ver le preocupa mucho el que le pase algo a sus amigos lo cual puedo usar para que no se aleje, el problema es que voy hacer si ellos comienzan a buscarlo. Me quedé tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta cuando llegaron margaretha y su novio. –Hasta que te vemos otra vez, ¿qué ocurrió el otro día día.– pregunto la bailarina mientras se sentaba. –Si bro, solo nos ignoraste.– aunque no tuviera ganas de hablar con ellos me quede ahí. –No me sentía bien como para escuchar sus tonterías.– le di un trago a mi bebida. –Pff eres un amargado, siempre haces lo mismo cuando tienes otro amigo.– dijo margaretha con un tono dramático. –Apenas es la segunda vez.– le dijo William. –Ah si gracias.– le contesto la chica, William solo reía nervioso. –¿Y que paso con el?– margaretha dejo de beber y hablo. –De seguro no quiso venir con el porque no sería divertido.– me levanté de mi asiento y salí del lugar pero antes pude escuchar como margaretha se quejaba.
Ya afuera me recargue en la pared y revisé mi teléfono cuando escuché a alguien decir mi nombre. –¿Norton Campbell?– pregunto aquel hombre. –¿Quien pregunta?– conteste serio. –Supongo que no te acuerdas de mi.– dijo con una risa la cual se me hizo familiar. –¿Jose?– solo asintió. –Tenia mucho que no te veía por acá ¿qué paso?– comenzamos a caminar ya que le dije no quería entrar otra vez. –La verdad me daba pereza regresar, era aburrido.– rio al escuchar eso. –¿Entonces te aburría estar conmigo?– no crei que se escucharía de esa manera así que me disculpe. –Solo bromeo, y...¿Que paso con la chica con la que salías? ¿Emma?– ya hace bastante tiempo que no escuchaba su nombre, me puso algo incómodo. –Pues termine con ella.– conteste sin más. –Que mal, se veían bien juntos, solía verla por aquí seguido me pregunto que paso con ella.– supongo que se quedara con esa duda por mucho tiempo, no planeaba decirle lo que pasó. –Regresare a casa, tengo un par de cosas que hacer.–
Cuando llegue a casa lo primero que hice fue ir a ver como estaba kurt, parece que estuve fuera un buen rato ya que estaba dormido, limpie las lágrimas de sus ojos y le puse una manta encima. –Duerme bien.– dicho esto volví a cerrar aquella puerta.