baby, please don't go.

45 8 10
                                    

El dolor es solamente una creación de mi subconsciente. ¿qué es la tristeza?

Mi mano sostiene una copa prestada, llena de un vino robado.

¿La tristeza es estar en este tejado es una madrugada de septiembre?

¿o es la soledad? ¿por qué la soledad duele si es una nada?

En medio de la noche, el cielo inmensamente lleno de estrellas es el único testigo.

—Vamos Yoon, esto no te hace ningún bien.

Desde que vi su rostro, se extendió el dolor que había en mi, porque no lo esperaba, porque me tomó con la guardia baja. Para poder ver a la razón de mis desvelos, de mis lágrimas, y de aquel vino ahora, debía haber preparado, no se si mi corazón, diría mi alma y mi mente.

JiMin... sí, él está aquí. Él volvió al lugar que amábamos, pero solo... había pasado tiempo, un tiempo que ya no volverá, un tiempo que perdimos. Por eso traté de refugiarme aquí, admito que lo evité toda la noche desde que vino, pero JiMin siempre me encuentra.

—Lamento lo de tu abuela— dijo.

Y no contesté, solo porque no me quería romper de nuevo.

—¿Quieres un poco?—le digo, para que se rinda y no se queje, no sé por qué quiero que se rinda, de todas formas no se irá, no ahora que ha vuelto. Sé que me está viendo, posiblemente tratando de buscar algún punto débil, pero todo yo soy un punto débil. Sin embargo, solo veo que, con cuidado, entra a la casa. Unos minutos después, pasa por la ventana, trae una cobija en su mano derecha y una copa en su izquierda.

—Tú y yo no podemos ser compañeros de copas, no deberías beber, JiMin.

—Yo no quiero beber, pero quiero acompañarte— y con eso nos cobijó a ambos, sirvió en su copa, en sus labios la puso y bebió.

—¿Viniste desde Seúl solo para acompañarme?

—No seas ridículo, claro que sí, Min.

—¿Quién te avisó?

—Tu mamá, ella llamó al papá. Tomamos el último tren que salía de Seúl a Daegu al instante.

Silencio, junto a algún grillo lejano, algún auto pasando, nos perdimos un momento en todo, luego de eso último, estábamos muy juntos, mi corazón latía rápido de pronto.

—Cuando éramos niños hacíamos esto también, ¿no?— JiMin habló, de nuevo, mientras su mirada sigue perdida, porque está tocando temas que no se han olvidados y serán posible de olvidar. Infancia, fue nuestra época más feliz, porque el verdadero momento en que fuimos libres. Y por eso bebo otro trago.

—Cuando éramos niños, tú tenías siete y te alegraste porque íbamos a estudiar juntos. Estabas feliz— otro sorbo.

—Tristemente después entendí que no era contigo, nada más en el mismo colegio.

—No sé de qué te quejas— y supe que lo que iba a decir iba a remorder— conociste a JungKook después de todo.

—JungKook fue, es y siempre será mi amigo—dijo, y ahora él tomó— Nunca te pude aclarar eso... ese último día.

—Sí lo entendí, JiMin— mi voz comenzó a flaquear y mi cordura a desprenderse de mi cuerpo— tarde pero lo entendí— y con eso acabé la copa.

—No creo que importe mucho. Después de todo, tú lo salvaste alguna vez. .

—Eso fue mucho antes de todo. Me dolía pensar que tú podrías ser él. Que te podrían golpear solo porque te gustaba un chico.

Wine |YM.2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora