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¿Podrías prestarme tú motocicleta?

Faltaban diez minutos para que el reloj diera las ocho de la noche en punto del día sábado, momento perfecto para que HoSeok llegase al salón; corrió del estacionamiento a la entrada de empleados, por lo que comenzó a jadear y a sentir su cuerpo caliente debido a la preocupación de llegar antes de las ocho a trabajar. Aún con el café de SeokJin caliente, entró al lugar avanzando tranquilo  tratando de divisar a su jefe entre todos los meseros y el personal que se encontraban en el lugar.

— ¡YugYeom! — saludó a uno de sus compañeros, el cual lo miró sorprendido de ver al chico castaño parado allí, no pensara que fuera a llegar a trabajo.

— ¡Viejo! Creí que no vendrías, llegas muy tarde — dijo riendo, haciéndole saber a HoSeok lo obvio. Se dieron las manos amablemente.

— Hola, hum. ¿Sabes dónde está Jin? — preguntó nervioso, faltaban minutos para que abriesen las puertas del salón y aún no encontraba a su jefe para poder comenzar a trabajar como debía. Tenía que hacerle entrega de ese café e ir al baño para asearse un poco después de haber corrido tanto; no quería generar mala impresión.

— Debe estar en la entrada dandole indicaciones a alguien más.

— ¡Gracias! Nos estamos viendo Yug — se despidió rápidamente con su mano y no perdió tiempo en ir hacia la entrada principal del salón . Efectivamente, encontró a Jin en la entrada, vistiendo un smokin totalmente pulcro, su cabello negro peinado hacia atrás, haciendo resaltar su rostro, resaltando la elegancia y la masculinidad de su jefe, se veía bastante atractivo y profesional. Así era Jin, bastante meticuloso cuando se trataba de su trabajo, era el negocio familiar y lo iba a mantener con aquella buena reputación el tiempo que fuera posible hasta que el próximo Kim llegara a la familia y tomara su lugar. Pero por el momento, Worldwide K no sería tomado como cualquier salón de eventos mediocre.

— ¡Jin, tu café! — gritó acercándose al chico, haciendo que volteaste con un cara completamente seria, dándole un aspecto imponente para HoSeok. — Lamento la tard...

— Ya comenzó tu horario de trabajo, llámame jefe — le arrebató delicadamente el café, que aún seguía caliente, de las manos de HoSeok. Con una sonrisa, dió un pequeño sorbo y gimió de gusto al sentir la cafeína adentrarse a su sistema. — Mm, lo necesitaba, la noche será larga. De este retraso hablaremos luego, reune a todos los chicos para el discurso.

Y así como indicó Jin, HoSeok comenzó a llamar al centro del enorme salón a todos los empleados que trabajarán esa noche, meseros, cocineros, personal de limpieza, guardias de seguridad, entre otros, para poder dar un discurso motivacional a todos sus empleados y subir el ánimo, esto para dar un buen servicio en aquel evento grande que sería importante para la reputación de Jin y su salón.

— La noche de hoy es especial, celebramos un aniversario de una empresa constructora bastante importante, por lo que necesito su mayor disposición y agilidad para que todo resulte perfecto... — comenzó el pelinegro estando al centro del lugar mientras todos lo rodeaban, prestando completa atención a sus palabras. Continuó hablando, sin embargo la mente de HoSeok estaba en otro lado, cuando menos se dió cuenta, Jin estaba terminando su discurso y pidiendo todas sus manos al centro para un porra. — ¡Vamos a a darlo todo chicos! — dijo finalmente.

Todos colocaron sus manos al centro y gritaron una porra. En ese momento  fueron directo a sus puestos y las puertas enormes de la entrada del salón se abrieron, dando paso a los invitados y comienzo a lo que seria –como dijo Jin– una larga noche para los empleados e incluso, para los invitados que comenzaban a llegar.

SICK OF HOPE; J.HoSeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora