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Yoongi miraba atentamente cada movimiento de su querido novio, el cual estaba jugando un partido de fútbol por lo cual él no era el único que lo estaba mirando.

Estaba bien, a Yoongi no le importaba realmente, pero lo que sí le importaba y lo molestaba de sobremanera era escuchar los estúpidos comentarios de las estúpidas personas que pensaban que SU novio estaba libre y soltero.

¿Es que no lo saben?, es decir, ya toda la universidad sabía que Jimin tenia pareja y ese era Min Yoongi, el chico de contabilidad que estaba cursando su cuarto año.

-¿Creen que acepte?

Yoongi frunció el ceño ante la chillona voz de la chica a su lado, pero decidió ignorarla como ellas lo ignoraban a él.

-¡Claro que sí! Eres hermosa Hyu, él claramente te dirá que sí.

-Además eres tierna, muy tierna y todos dicen que Park Jimin cae por las chicas tiernas.

Yoongi arrugó la nariz ante el comentario.

Claro, a Jimin sí le gusta las personas tiernas, él mismo lo dijo hace un tiempo, pero él lo había dicho por el lindo pálido que andaba por todos los pasillos siempre con un adorable puchero que él se moría por besar, pero claro, eso nadie lo sabe.

-Entonces lo haré, luego del juego lo invitaré a salir.

-¡Esa es mi amiga! -Las tres chicas comenzaron a reír y Yoongi rodó los ojos -Tienes que ir a los vestidores, recuerda, nosotras ya arreglamos todo, ustedes estarán solos.

En serio, ¿esas chicas no sabían que Jimin estaba con él? Supongo que habría que demostrárselo.

Así que el partido continuó con un Yoongi totalmente perdido en su gran plan, por lo cual cuando el partido terminó, él rápidamente se puso de pié y corrió hacia los vestidores, justo unos instantes después de que los jugadores se vayan.

Cuando llegó a su destino sólo pudo ver a Jimin, tal y como ellas habían dicho.

Se acercó sigilosamente hacia él y cuando el menor se sacó su camiseta del equipo fue que Yoongi lo tomó de un hombro y lo volteó.

Jimin al verlo le sonrió.

-Hola Gigi, ¿qué te pareció el partido?, te dediqué mis dos goles, ¿lo sabes, verdad?

Yoongi sonrió encantado y enredó sus brazos en el cuello del rubio.

-Lo sé -susurró -Y quiero darte tu premio por ganar.

Y tras esas palabras, el mayor unió sus labios con el menor, comenzando un dulce beso que pronto Yoongi lo cambió a su gusto, moviendo sus labios con más pasión y colando su lengua a la cavidad bucal de Jimin.

Yoongi sabía que Jimin tenía ese gusto por hacerlo en lugares públicos y expuestos, donde cualquiera podría verlos, no era la primera vez que sucedía ni tampoco sería la última, Yoongi estaba seguro de eso.

La chica aún no llegaba y aunque eso decepcionó un poco a Yoongi, ya no importaba, ahora ya no, no cuando tenía a Jimin besándolo de esa manera.

Así que dio un no tan pequeño salto y enredó sus piernas en las caderas de su novio, el cual lo tomó por los muslos y giró sobre sus pies para apoyar al mayor contra los casilleros.

Yoongi gimió con gusto y sin dar muchas vueltas llevó sus manos hacia el cordón que ataba los short de su pareja y desató el nudo.

Jimin no se opuso, a lo contrario, llevó sus manos hacia el pantalon del castaño y los bajo junto a su bóxer.

Yoongi ahora estaba tan agradecido con esas chicas por dejarles el vestidor totalmente libre para ellos.

Él apretó los hombros de Jimin al sentirlo rozando su sensible entrada.

Estaba listo, no necesitaba de su preparación, Yoongi estaba seguro de eso, estaba tan desesperado, además, ellos lo habían hecho hace apenas unas horas atrás, se sentía lo suficientemente dilatado.

-Hazlo, Jimin sólo me-¡oh!

Bien, eso no se lo esperaba, al parecer Jimin lo deseaba tanto como él lo hacía.

Las estocadas comenzaron lentas pero precisas, Yoongi se sentía en el mismo cielo, bueno, él siempre se sentía así cuando Jimin estaba dentro suyo.

Para cuando Jimin comenzó a moverse más rápido y Yoongi se sentía en el mismísimo paraíso, fue cuando ella apareció.

Los miró y Yoongi quiso reír por su expresión pero le fue imposible ya que el placer le ganaba por mucho a las ganas de reírse.

Yoongi la miró fijo, por suerte ella estaba justo delante suyo y Jimin no podía verla ya que él le estaba dando la espalda.

Hyu, como Yoongi recuerda que se llamaba, no dejaba de mirarlos, tenía la vista fija en Yoongi, el cual le sonrió con superioridad mientras enterraba sus uñas en la espalda del menor mientras movía sus labios para pronunciar un inaudible "mío".

Y cuando Jimin soltó un gemido ronco fue cuando ella, toda roja, reaccionó y salió corriendo de ahí.

Esta bien, ella se lo buscó.

MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora