Capítulo 1

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Talia acariciaba con ternura la cabeza de una niña recién nacida

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Talia acariciaba con ternura la cabeza de una niña recién nacida. Desde el primer momento en que la sostuvo entre sus brazos, supo que sería el vivo retrato de Lily. Aunque su cabello no era tan pelirrojo, parecía una fusión entre el de James y Lily. Aun así, era pronto para afirmarlo; con el tiempo, muchas cosas podían cambiar.

—Funcionó... —susurró la morena, dirigiéndose a su esposo, Jordan.

Él le sonrió y asintió con la cabeza antes de besarle la frente.

—Sí, amor. Funcionó.

Por un momento, Talia se quedó mirando un punto fijo en la habitación. Parecía ausente, como si su mente estuviera en otro plano. Esa expresión solo la tenía cuando los espíritus de las brujas intentaban comunicarse con ella. Cuando salió del trance, parpadeó un par de veces y buscó los ojos de su esposo.

—Dicen que lo mejor es que se quede con nosotros... que tiene una parte de mí.

—Por supuesto que la tiene. Nació de ti. —Jordan le tomó la mano con suavidad—. Y me encantaría que se quedara aquí. Creo que es lo más sensato. Pero no sé qué pensará Severus...

Como si lo hubieran invocado, la puerta se abrió y Severus Snape entró en la habitación.

—Talia. Jordan —saludó con un leve asentimiento y se acercó a la cama—. ¿Salió todo bien?

Aunque trataba de mantener su habitual seriedad, había un brillo inconfundible en sus ojos. Sentía una calidez en el pecho, una mezcla de emoción y esperanza. No lo decía en voz alta, pero la idea de tener una ahijada lo conmovía profundamente. En su mente ya se imaginaba una vida donde pudiera protegerla y guiarla. Así lo había querido Lily al nombrarlo padrino de Hope.

—¿Quieres cargarla? —preguntó Talia con una sonrisa, extendiéndole a la bebé.

—Por favor —murmuró Severus, y con sumo cuidado tomó a la pequeña entre sus brazos. Nunca antes había sostenido algo tan frágil. Tenía miedo de hacerle daño, porque lo único que quería era protegerla.

—Severus... Sé que querías que viviera contigo. Pero los espíritus insisten en que es mejor que se quede con nosotros. Deben tener una buena razón. Te prometo que la cuidaremos como si fuera nuestra hija. Siempre podrás verla, llevártela si lo deseas. Eres su padrino. Nunca la alejaremos de ti.

El profesor suspiró. Al principio, aquellas palabras le provocaron desánimo e incluso un atisbo de enojo: no era el plan acordado. Pero si los espíritus habían hablado, debía confiar. Aunque no compartía el mismo don que Talia, comprendía su naturaleza y sabía que esas advertencias nunca eran en vano.



Con el paso del tiempo, el parecido entre Hope y Lily se hacía más evidente. Nadie, salvo Severus, Dumbledore, Minerva y los padres adoptivos, sabía la verdad sobre su origen. Ni siquiera la propia Hope. Todos creían que era hija de Talia y Jordan, y gracias a ciertos rasgos físicos heredados, la mentira era convincente.

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⏰ Última actualización: May 21 ⏰

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