Hace unas semanas Jungkook había aceptado un trabajo de medio tiempo para costear sus estudios.
Fue difícil encontrar un trabajo con una paga que abarcara la mayoría de sus prioridades. Suponía que el cuerpo delgado que tenía lo hacía lucir inservible y debilucho para un joven de diecisiete años.
Por eso era una suerte que un hombre de tercera edad lo contratara para trabajos pesados que eran por poco imposibles para un hombre con ochenta años.
De lo único que se quejaba era del recorrido inmenso que tenía que recorrer todos los días para llegar a su destinatario.
De eso mismo se quejaba en este momento mientras sus piernas temblorosas seguían pedaleando en su vieja bicicleta.
Inhalaba y exhalaba con la boca abierta mientras maldecía a aquellas personas que no quisieron contratarlo por su jodido aspecto físico.
Si bien podía parecer delgado no significaba que no fuera fuerte.
Exhausto fue deteniéndose, y cuando sus pies ya rozaban el suelo fue cuando grandes bocanadas de aire entraban y salían por su boca y nariz, buscando llevar el aire que le faltaba a sus pulmones. Las gotas de sudor ya empapando todo su rostro y cuello, la sensación pegajosa asqueándolo.
Ugh.
Con la respiración casi regulada daba cortos pasos en el pasto, poco después permitiéndose acostarse en él, sintiendo cómo su pecho subía y bajaba, la acción ralentizándose a medida que los segundos pasaban.
El silencio rompiéndose por el viento chocando contra las hojas de los árboles, el cantar de una que otra ave danzarinas en el cielo, el latir de su agitado corazón implorando por un descanso más largo. Eso lo mantenía acunado en una tranquilidad que poco a poco iba adormeciéndolo.
─Ey… joven…─ y el decir de una voz desconocida había acabado con su tranquilidad. Al instante ya se encontraba sentado, encarando a la persona que le ha llamado─. Perdón, no quise asustarte─ aquel desconocido ya tenía la mano extendida, la mirada del azabache se dirigía a esta por inercia, recién dándose cuenta del vaso que sostenía─. Te vi muy agitado y supuse que querrías beber algo…─ decía con timidez, la ansiedad del extraño aumentando, esperando a que el azabache recibiera el vaso.
─Muchas gracias…─ y la vergüenza hablaba por él, mientras sus manos se encargaban de recibir la bebida, tomando el agua y desesperándose poco por beberla despacio, los modales siendo primordiales.
Y mientras el peligris recibía el vaso que había ofrecido segundos antes, miraba cómo el azabache subía a su bicicleta torpemente, dispuesto a marcharse.
─De nuevo muchas gracias.
─De nada, no hace falta disculparse─ decía suave, regalándole una sonrisa, intentando hacerlo sentir menos incómodo por la atención brindada por un desconocido amable.
Y después de que ambos se despidieran con incomodidad, Jungkook se dispuso a pedalear, intentando ser rápido, como si quisiera escapar.
Su cara estaba roja, quizá a causa del ritmo veloz que llevaba y por la fuerza que implementaba en las piernas, o quizá porque no dejaba de pensar en aquel encuentro incómodo. Jungkook quería pensar que era lo primero.
Y tal vez debería pensarlo mejor, porque ahora, en la comodidad de su cama, mojado y con el cuerpo frío por el baño reciente con agua tibia que se dio luego de una larga jornada de trabajo, sus mejillas seguían sediento en un rojo brillante.
Su mente le proyectaba una y otra la sonrisa que le había sido regalada horas antes.
Aquel peculiar y raro joven le había hecho algo, pero qué. Se preguntaba mientras apagaba la luz y se acurrucaba bajo el calor de las mantas.
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Memories ~ Taekook
Short Story"─Dime... ¿Hay algo entre todo esto que no te recuerde a tu felicidad?" ~•~ Un teatro donde el actor tiene que dejar atrás sus sentimientos y colocarse la máscara de su profesión. Una sonrisa pintada en la misma, ocultando la tristeza bajo la piel. ...