ᙏᥲ⳽ƙ.

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Final largo hehe.

















Rastros de lágrimas de frustración adornaban brillantes sus mejillas.

¿Por qué no le podía salir nada bien? Se cuestionaba la misma pregunta cada día que pasaba, cada día que se extendía su fracaso.

Es como si hubiera tirado años de actuación y esfuerzo a la basura a causa de una estupidez.

Mojaba una y otra vez su cara, sosteniendo con manos temblorosas por la impotencia el agua que salía del grifo, jadeando cuando se aventaba el líquido frío demasiado rápido, tanto hasta el punto en que debía de respirar por la boca al no poder respirar adecuadamente por la nariz.

Habían transcurrido ya dos meses desde que los ensayos empezaron.

Y ya no sabía si era una lástima o era una suerte que a él le tocará representar a uno de los personajes principales.

Debía de representar al fiel acompañante del príncipe, a aquel ser místico identificado como el hada madrina que ayudaba al joven en la búsqueda de su princesa.

El tiempo corría y las horas pasaban en pestañeos. Le ponía ansioso que en menos de dos semanas sea la obra.

Y todo iba de saliendo de maravilla a excepción de una escena en particular.

Una jodida escena.

Era por culpa de esa jodida parte que Jungkook se encontraba en el baño, enjuagando su cara y boca con brusquedad luego de haber avisado con pena a Seokjin sobre sus náusea.

Asqueroso hombre patético.

Ahora estaba quieto, parando su accionar de recién mientras levantaba de a poco la mirada hacia el espejo frente a él, percatándose con la vista poco nublada que nuevas lágrimas se asomaban con prontitud por sus ojos rojos e hinchados.

Y de nuevo era su culpa encontrarse en ese estado.

Porque su mente bochornosa se encargaba de proyectar en su imaginación la escena que debería realizar junto al príncipe.

—Deja de llorar por favor— imploraba bajito hacia su reflejo, apretando los dientes y dejando que sus labios se deformen en un mohín. Esperando que tales palabras causen una tranquilidad inexistente pero anhelada desde hace semanas.

Y es que no, no podía imaginar a él, el hada madrina, un fiel acompañante besando a un príncipe poseedor de sentimientos confundidos, un beso que para Jungkook se sentiría tan significativo, pero que en cambio desde la perspectiva de la persona contraria no sería nada de gran importancia.

Duele tanto.

En el libreto tal accionar aclararía las dudas del príncipe, haciéndole comprender que su corazón sigue perteneciendo a una sola persona, que su alma sigue buscando la esencia de una sola mujer. Aquella doncella delicada que lo ha capturado desde aquél baile bajo la lluvia de un verano lejano.

Pero Jungkook no quiere volver a sentir aquellos labios. No quiere porque sabe que la sensación lo hará drogarse, lo hará volverse adicto a un toque de segundos que no se repetirá luego de la actuación final.

Porque se conoce lo suficiente para afirmar que querrá probar más de aquél licor prohibido.

Y su corazón dolerá por no volver a poder saciar el deseo de probar lo indebido. Dolerá porque sabe que está fuera de su alcance volver a sentir el tacto.

El sonido de la puerta lo hizo alertarse, trataba de disimular volviendo a lavar su cara, relajándose poco cuando la voz serena de la persona no vista lo envolvió.

Memories ~ TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora