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((🍒))


—¡Yepa, mano derecha! —La sonrisa de Lolito era grande al ver al más bajo en la entrada de su casa, dos botellas de vino en sus manos.— Te tengo una sorpresa.

Vale, Lolito no le ha explicado sus motivos a Auron para invitarlo a su casa, incluso si tenían un acuerdo tácito (del cual tampoco hablaron pero Lolito lo ponía más en practica, y como Auron no se había quejado supuso que estaba bien con ello) de que ambos podían entrar sin problemas a la residencia del contrario. Pero Lolito necesitaba hablar con él urgente, y no podía esperar a que Auron le diera la gana de aparecer.

—¡Lolo! —La sonrisa del más bajo se hizo ver, su voz alegre. Hizo que su corazón doliera.— ¿Para qué me pediste que viniera?

—Olvida eso por ahora. —Lolito alzó las botellas.— Escucha. Tengo vino. Quiero emborracharme y quiero emborracharme contigo. Así que pasa a la cocina, donde te prepararé la especialidad de la casa.

La sonrisa de Auron disminuyó un poco, sus ojos miraron dudosos al peli-naranja. Joder, realmente no quería empezar a hablar del tema en si hasta que tenga comida en su estómago y por lo menos una botella de vino en su sistema.

—¿No tienes trabajo en la oficina mañana?

—Quizás, pero también olvida eso. —Dejó espacio para que el psicólogo pasara y este entró sin más preguntas. Lolito estaba seguro que lo bombardearía en algún momento, solo esperaba que no fuera pronto.

Cerró la puerta, dándole una mirada a los guardias que decía claramente entran y los mato. Sus pasos se dirigieron a donde el más bajo se encontraba, y se dio cuenta que estaba mirando todos los utensilios e ingredientes que ya tenía preparado en la encimera. Estaba nervioso, no pueden culparlo.

—Entonces, mi alcalde, ¿cuál es su especialidad?

El peli-naranja sonrió grande. Acercándose, agarro los cuchillos para empezar a afilarlos.— Tú no te preocupes y espera en la sala. Pon una película o algo, ¡déjame la cocina a mí!

Encogiéndose de hombros, Auron fue a la sala.

Ahora estando solo, Lolito volvió a entrar en pánico. Si bien quería sorprender a Auron con su comida (afortunadamente, Mangel le había enseñado las cosas básicas al cocinar, y ahora estaba más seguro de que no quemaría la cocina en el intento) él también tuvo... algunos pensamientos. Vale, muchos pensamientos. Tantos pensamientos que lo volvían más loco con el pasar de los días, y mientras más se consumía en ellos, más... quería ser consumido. Ahogado. Y tal vez...

Se arremangó las mangas de su camisa y suspiro hondo.

—Vale Lolito. Lo tienes. Puedes hacer arroz y pollo, completamente simple. Puedes hacerlo. ¡Harás que Mangel se sienta orgulloso!

—¡Puedo escucharte!

—¡¡Cállate!!

Mientras cocinaba, todo se sintió de alguna manera más hogareño. Los utensilios chocando entre sí y el ruido de la sartén caliente se mezclaban con las voces de la televisión y las leves quejas de su mano derecha, algo sobre que los actores actuaban pésimo y que él podría hacerlo mejor. Lolito reía por los comentarios, respondiendo desde donde estaba. La casa se sintió más cálida, acogedora, y el ambiente casi lo hizo olvidar la razón por la que estaban en esa situación.

No, tenía algo que decir, y muchas preguntas que responder seguramente. Él realmente no podía hablar de eso con nadie más, y Auron tenía una manera de entender y nivelar a Lolito que lo hacía sentir confiado y seguro.

Y entonces Auron tendría una manera de ayudarlo con sus sentimientos, sino... bueno. Ha sido un tiempo desde la última vez que Lolito se emborracho, así que hacerlo y desmayarse en su incómodo sillón tampoco era una mala idea.

(🍒) 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞𝐫𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧-𝓵𝓸𝓵𝓲𝓽𝓸𝓹𝓵𝓪𝔂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora