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*Narra Javier*
Otro día en la escuela y ya ingresó una chica nueva su piel es bastante pálida a mi parecer, pero creo que me gusta. Así que decidí acercarme a ella
—He, chica nueva.—
—Que pasa?— Voltea
—Te estoy saludando, trato de ser el chico agradable que te da una linda bienvenida.—
—Oh sí... Gracias—
—vamos. Te mostraré el lugar.—
—Eh si.. gracias *sonríe* mi nombre es Daicelys—
—Javier, un gusto.— *Beso su mano*
*sonríe nerviosa* —bueno este.... Me enseñarás la escuela—
—Claro.
Lo que tiene de linda lo tiene de tonta, pensé, lo que no sabía es que me costaría mucho ese prejuicio.
—ok—
Luego del recorrido por la escuela el chico se corta con una espina diablos, me corte con una maldita espina metiche, no puedo tener peor suerte. Uf...
—Ehhh— *nerviosa* —límpiate si por favor— *tratando de resistirse a la tentación*
— ¿Qué carajos? ¿usas de esos raros dientes de vampiro que usan en haloween?—
—Límpiate carajo— *se tapa la boca*
Genial, y encima me toca estar al lado de una fanática del día brujas.
—Hazlo si quieres seguir viviendo—
Que fastidio.
—si tuviera una toalla sería genial, pero ¿que crees? No la tengo además no me voy a desangrar por esto—
*sus ojos se vuelven rojos y se acerca al chico* —hueles delicioso como sabrá tú sangre— *mostrando sus colmillos*
—Oye, chica nueva, me estas asustando, si eres uno de esos locos obsecionados con halloween, espera hasta octubre para fastidiar y quítate eso de la boca—
*le muerde un poco el cuello y chupa un poco de su sangre*
Auch, ¿que diablos? Está tipa está loca
—lo siento— *sonrojada*
— ¡Aparta te animal! ¿QUÉ TE PASA? Esto me ocurre por ser amable. ¿Qué diablos eres?—
*mira a otro lado* —Un... Eso a ti que te importa— dice la chica
—Cómo que Qué me importa?! ¡Me mordiste el cuello! Tengo derechos—
—un vampiro!! Ya te dije lo siento pero tú tienes la culpa— -le responde la chica—
