El sexto cumpleaños

Perdida.

El sexto cumpleaños.  
Capitulo I

No puedo describirte como me siento ahora mismo, lo que estoy experimentando esta tan separado de mi realidad, que estoy casi convencido de que finalmente me estoy volviendo completamente loco.

Mi esposa Eve murió durante el parto, era una hermosura, divertida, inteligente, testaruda, una mujer cuya risa era tan fuerte que era capaz de hacerme olvidar cualquiera de mis inquietudes, una mujer cuya mirada tan intensa que me hacían temblar las manos. La perdí cuando dio a luz a nuestra hija Marie, por supuesto pude haberme enfadado con Marie por haberme quitado lo que antes era mío de una manera tan horrible, por tomar lo que era tan verdadera y completamente puro, pero no lo hice, sabía que Eve no habría querido ningún resentimiento , no hubiera querido que nuestra única hija tuviera una vida arruinada por el odio, pero esto no se trata de pena, se trata del golpe mental y un vacío emocional de perder para siempre a alguien que amaba.

Mi Hija era llena de energía, siempre corriendo y gritando, saltando de un lugar a otro, causando estragos a donde siempre iba, ya fuera en la escuela o en cualquier otro lugar, pero como no hacerlo, era una simple niña indefensa. Para su sexto cumpleaños le organice un tour hacia el centro comercial; La había dejado tan llena de energía que apenas podía seguirle el ritmo mientras ella se metía y esquivaba entre la multitud, debes en cuando se daba la vuelta y me miraba con una sonrisa resplandeciente, era igual a su madre, no pude evitar quererla, trate de seguirle el ritmo, en serio, pero no podía, ella estaba llena de energía, de repente ella no fue consciente de sus movimientos y cayó frente la carretera en la cual venía un camión, no tuvo tiempo de parar, y entonces un grito de desesperación se expandió en toda la calle, y el mundo se quedó en silencio, la acune en mis brazos mientras su cuerpo temblaba del dolor, lo único que sentía era el líquido color carmesí proveniente de ella, mientras se filtraba lentamente en mi ropa, lentamente todo rastro de vida proveniente de ella se desvanecía.

En su sexto cumpleaños Marie perdió la vida, al pasar el tiempo mi ser solo estaba en el lamento, me dolía no haber podido ser un mejor padre,me duele el hecho de haberla odiado cuando nació, creo que es el karma el que está jugando en mi contra, ahora entiendo cuando se dice que la vida da muchas vueltas sin aviso alguno, lamento no estar más con ella, me quema el alma, ¿Es esto sentirse en el infierno?- NO!, esto es mil veces peor. Ya no tenía nada en esta vida para seguir viviendo, todo lo que atesoraba se me fue arrebatado, desde su sexto cumpleaños no podía pensaren nada más que quitarme la vida, el solo pensar en lo que sucedió ese día, no podía seguir pensado en que todo era mi culpa, si tan solo fuera estado más pendiente y a la par cuando caminaba, una laguna de lamentos estaba en mí, y yo no podía soportarlo más. Lo inexplicable, todas las preocupaciones sin solución, todos los dolores de cabeza sin ser sanados, todas esas preguntas sin respuesta con la muerte, todos ellos me volvían cada vez más paranoico, la desesperación y la depresión crecían cada vez más con el tiempo, la esperanzase perdió y a su vez conllevó a la desesperación, para así darme cuenta de que no tengo ningún lugar al que ir, ya nada es como antes, mis sueños y objetivos se desvanecieron con Marie ese día.


Al querer terminar con mi vida me di cuenta que mi más grande temor no es el hecho del saber que mi existencia llegare a su fin, si no, el no poder verla de nuevo. La escasez del tiempo hace que seamos fugaces, como no pude darme cuenta de ello antes, pero también nos hace querer valorar el estar con esa persona,al final tocas fondo en recuerdos del pasado y la desesperación del presente,nada en ese momento hace querer aferrarte en la vida, no creo que entiendas la lucha constante que se vive para poder seguir en este mundo, sin que nada te recuerde a ellas y no duela. Y ahí me encontraba en la cima de un edificio al borde del abismo perplejo pesando en dejar caer mi cuerpo a la par del viento...