Recuerdo muy bien ese momento en el que caí rendido hacia ti.
Todo comenzó en otoño, estación donde los árboles son los principales protagonistas de la misma, donde el clima es templado. Mi estación predilecta y, sobre todo, porque en ella te conocí. Tú estabas tan pacífico en aquel lugar, sin saberlo, deleitándome con tus más hermosas melodías provenientes de un gran y majestuoso piano con un reluciente paisaje; un gran ventanal en el cual se divisaba cómo las hojas caían de grades árboles y el sol brillaba haciéndote lucir más encantador.Por un momento me quedé inmóvil. Mi corazón casi salta de mi pecho, mis piernas flaqueaban pero lo que más impresión me había producido fue que me encontraba con diminutas lágrimas que recorrían mi rostro, hasta terminar en el suelo de aquel salón de música por el cual había ido en busca de un micrófono para mi presentación en el concurso de talentos que organizaba la institución.
Aún recuerdo cuando gracias a mis fuertes sollozos te acercaste a mí para preguntarme si me encontraba bien. Aunque no sé por qué razón lo hice, te abracé: no me importaba si me empujabas o me golpeabas... Solo necesitaba más que nunca ese abrazo.
Como lo supuse, tú correspondiste tan gentilmente sentándote en el suelo, apoyado en la pared y posicionándome entre tus piernas, como un bebé me acurrucarse entre tus brazos.
Me sentía tan feliz que olvidé cuánto extrañaba a mi madre, aquella mujer que me había dado la vida, aquella que una semana atrás en un accidente automovilístico había perdido la suya.
Por tal razón me dediqué por completo a la música, la única salvadora de mis penas, esa que me contiene aún en las peores situaciones: con ella me liberé de no caer en una profunda depresión.
Le comenté todo mis males al chico del piano. El mismo solo me abrazaba más, me decía que llore, que así podría liberar todo y aliviarme del dolor. Y lo hice: me desahogué para luego de media hora recomponerme, no por completo, pues nunca puedes recomponerte por completo de tan grave tragedia, aunque con mi ángel a mi lado todo es posible.
Luego de liberarme, me propuso hacer lo que más me encantaba: cantar, mientras él me acompañaba con las hermosas melodías del piano.
Le enseñé la canción que iba a cantar en el concurso. Él sacó los acordes y de inmediato, luego de que sonaran las teclas que presionó, me dispuse a cantar.
Oh, oh, sí
Paso a paso, camino contigo
Sin que lo sepas, coincides tus pasos.
Oh, qué vívida es tu esencia,
solo al pasar, qué dulce es.Tus pequeños y hermosos dedos
Acarician a mi corazón de nuevo,
hay una tierna calidez, nuestra pureza.
Una historia de amor que solo fue para mí.Mi corazón se torna blanco, mis mejillas se tornan rojas.
Nuestros ojos se vuelven negros, mi cielo amarillo.
Se colorean, un amor fresco, se siente como si volara sobre las nubes.Había cruzado miradas con el hermoso chico, quien me sonrió y esa fue la mayor motivación para cerrar mis ojos, entregándome a cantar con el corazón.
Ven a mí ven a mí, florece, florece en una simple y hermosa rosa.
Eres mi única, mi única luz, luz que brilla en mi corazón.
Un secreto que nadie sabrá, ese secreto sigue entre nosotros dos.
Eres una pintura que brilla y mucho mi pintura, tan hermosa pintura.Cada noche he estado practicando qué cosa decirte,
dulcemente, dulcemente en cada idioma,
pero debido a tu sonrisa,
las palabras ni siquiera quedan en mi memoria, se derriten.
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Cuatro estaciones, cuatro situaciones. (JuNo)
FanfictionCuatro one shot, cada uno inspirado en cada estación: otoño, invierno, primavera y verano. Otoño: Desde que te vi por primera ves en aquel salón me enamore perdidamente, tu estabas, sin siquiera saberlo, deleitandome con esa maravillosa melodía mien...