Relatos Terroríficos

Relato 1. La ola.

Era una noche normal, como las que estaba pasando este verano, salí a pasear con mis primos por la playa mientras comíamos un delicioso helado. Una pequeña y fría brisa me acarició la cara, eran las 3 de la madrugada, siempre solíamos salir a esa hora porque nos gustaba sentarnos al rededor de una hoguera en la arena fría y contar historias paranormales o leer historias de terror de un libro el cuál me regaló mi padre el verano pasado. No me gusta leer pero una vez me dio por ojear alguna página y me di cuenta de que el libro si que era interesante, no como los muchos libros que me leía mi madre sobre medicina y enfermería, eran un asco. Mi historia favorita era "La ola". La historia trataba de un grupo de amigos que iban paseando por la playa (tal y como hacíamos mis primos y yo) cuándo a lo lejos del mar, empezó a aparecer una extraña niebla densa, un escalofrío recorrió la espalda de cada uno de los chicos y chicas que había, se miraron los unos a los otros y decidieron dejar de caminar, les asustó la situación y no sabían que hacer o decir, de repente el mar se volvió más agitado de lo que debería y unas olas inmensas empezaron a chocar contra las piedras creando un curioso y inquietante sonido. Una palida chica de ojos verdes brillantes y pelo negro que inundaba el propio mar se entre veía entre dos grandes piedras, vestía un camisón rojo desgastado que le llegaba a las rodillas, sus manos eran un tanto extrañas, tenía unos dedos largos y deformes y unas uñas largas y afiladas, poco a poco se aproximaba hacía el grupo mientras ellos estaban paralizados por el miedo, hasta que la palida cara se encontraba frente a ellos. Y lo último que vieron fueron sus grandes ojos verdes como esmeraldas. Decidí contar esa misma historia para ver si reaccionaban con el mismo terror que yo cuándo la lei, y de echo si, todos tenían la piel de gallaina después de oírla. Ya estábamos apagando el fuego para volver a casa cuándo uno de mis primos afirmó haber visto la misma chica que describí en la historia a unos pocos metros, todos nos reimos de él porque era una tontería, era un personaje ficticio y solamente lo habría imaginado. Seguimos caminando sin hacer mucho caso a mi primo cuándo de repente otro primo dijo verla detrás de una roca en la arena, ya nos estábamos asustando y decidimos acelerar el paso, mi prima se paró en seco diciendo que, la teníamos en frente. Empezamos a correr sin importar quien iba detrás o delante hasta que al fin logramos llegar a casa todos. No contamos nada de lo sucedido y cada uno se fue a dormir a su habitación. A la mañana siguiente la casa estaba muy silenciosa, normalmente mis primos se levantan alegres y agitados despertando a toda la casa, pero esa mañana no. Fui a ver habitación por habitación, tres de mis primos estaban muertos, justo los que dijeron verla aquella noche. Mis otros primos estaban muy asustados, decían que esa noche no pidieron dormir, que escuchaban voces, veían sombras y tenían mucho frío. Solo quedabamos 4 en casa, mis 3 primos y yo, nuestros padres habían ido a organizar 3 funerales. No se nos ocurrió mejor cosa que hacer una ouija para contactar, si es que era real, con nuestros primos. Primer llamamiento, nada, segundo llamamiento, nada aún, tecer llamamiento, bingo. La habitación se tornó helada y más oscura de lo que era, se escuchó un pequeño grito en la cocina, decidimos quedarnos dónde estábamos, el grito cada vez estaba más cerca... De un momento para otro los 4 la vimos, parada delante nuestro, observándonos con esas esmeraldas. Se encendieron solas las luces y despareció. Esa noche dormimos todos juntos muertos de miedo. Al final yo me dormí sin darme cuenta. Me levante temprano, miré hacía mis primos, todos muertos. Mi familia me acusó de asesinato, igual que los jueces y fui condenada a cadena perpetua sin ninguna prueba. Según el psiquiatra que me atendió yo era esquizofrénica y según él, toda esa historia era cosa de mi imaginación y de mi supuesta enfermedad, una locura ¿verdad?
Fin.