Al principio no estabas nada acostumbrada a vivir con chicos por lo que cuando escogieron cuartos pensaron que lo mejor era que durmieras sola, y ellos compartieran. Pero después de un tiempo, cuando tenías miedo o te sentias sola te pasabas al cuarto de Seoho para dormir con el.
Nadie decía nada porque eras la consentida.
...
Tomaste tu almohada favorita y una mantita y caminaste descalza por el pasillo hasta llegar al cuarto de Seoho, abriste despacio la puerta y te percataste de que el chico estaba profundamente dormido. Sin hacer ruido te subiste a la cama, al momento de acomodarte sin querer lo despertaste.
-¿que pasa pequeña? ¿no puedes dormir? - Hablo adormilado Seoho.
- No, ¿puedo dormir contigo? - preguntaste cansada.
- No lo preguntes, ven acá.-
Haciéndote espacio en la cama, los tapo a ambos y te envolvió en un fuerte abrazo, recargaste tu cabeza en su pecho musitando un casi inaudible "Gracias" que Seoho si alcanzo a escuchar y que respondió con un "no es nada mi niña"
Se quedaron dormidos a los cinco minutos.
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