🐺#10

731 66 12
                                    

Frente a sus ojos color avellena se alzaba la figura femenina de una hermosa mujer de largos cabellos rubios y fríos ojos grises que te miraban con total desprecio, y porque no decir repugnancia.

Su cuerpo se estremeció levemente al ser él receptor de tal mirada, dudoso miro a todos lados.

-No sólo eres un sucio Omega, si no un estúpido también -bufo la mujer cruzada de brazos-

-¿Eh? Y-Yo -tartamudeo desconcertado y nervioso Eijun-

Enojada, la rubia golpeó la mesa con ambas manos, sorprendiendo al ex-pitcher quién no dudó en ponerse de pie por la sorpresa, llamando así la atención de algunos clientes.

-No veras ni un solo centavo de nuestro dinero -sentenció entre dientes la fémina-

Sawamura no pudo enviar alzar la mirada algunos centímetros dado la altura de la rubia y retroceder de forma lenta.

Ella ponía sus nervios de punta.

Un fuerte apretón en su antebrazo lo hizo chillar y cubrir con su mano libre su vientre.

La rubia abrió ligeramente sus ojos sorprendida y dos Alphas, mesero y cliente, se pusieron de pie alerta. Aquel chillido había sido los que comúnmente usaban los Omegas cuando se sentían en peligro, no los afectó más si los puso alerta.

El agarré en su brazo se intensificó y aquellos grises ojos se afilaron aún más, por su mejilla rodo una solitaria lágrima que no pudo ser contenida debido al miedo.

-Maldi- -

Un fuerte aroma y unos asesinos ojos azules miraban como un mar embravecido a la mujer rubia, sus ojos conectaron, avellanas y cielo, Okumura no lo pensó y sin dudarlo empujó a la "dama" lejos de su pareja.

-¡O-Okumura! ¡¿Que Diablos Crees Que Hacés?! -gritó furica la Alpha- ¡Esa No Es Manera De Tratar A Tú Tía! -

-¿Tia? -repitió fríamente- no se confunda Akira-san, que sea la hermana de mi Padre no la hacé algo mío -hablo con desprecio, acunando a su tembloroso Omega a su pecho- si esto se vuelve a repetir -dijo estirando lentamente su mano hacia el cuello de la rubia- no me contendre -advirtió, alejandose siquiera antes de rozar la piel contraria-

La mujer, aunque palida, no dejó de demostrar su descontento en sus furibundos ojos, con un bajo gruñido dio media vuelta y salió del lugar.

-... C-Casa ... Kōshū, llévame a casa -pidió en un suave susurro él castaño, enterrando su rostro en el pecho contario-

La mirada de dolor que cruzó por el rostro del Alpha no pudo ser apreciada por él tembloroso Omega, quién solo sintió como era tomado al estilo nupcial cuando todo a su alrededor se oscureció.

Con sumo cuidado colocó su preciada carga sobre uno de los asientos de su auto, cuando vio que su Senpai estaba cómodo y seguro rodeó el vehículo hasta su lugar.

Un suave suspiro salió de sus labios, con cansancio recosto su frente sobre el volante y ladeo ligeramente su rostro hasta enfocar aquel apacible ser que dormía a solo unos centímetros de distancia.

-... Esto es una mierda -murmuro, no era de los que insultaba pero el enojó podía más que su educación- esto no se quedará así Akira-san -gruño-

Estiró su mano y acarició suavemente la acanelada mejilla de su Omega.

Sin más, encendió el auto y lo puso en marcha, a los pocos minutos alcanzó a divisar el edificio departamental de su hogar, sin perder tiempo se dirigió al estacionamiento del edificio, cuando llegó apagó el auto y descendió, volvió a rodearlo y cuando terminó de quitar el cinturón de seguridad al alzar la mirada se encontró con unos cristalinos ojos avellanas.

¿Lobito?. -Okumura/Sawamura-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora