Taeyong estaba en su apartamento observando la gran colección de objetos con forma de melocotón que había adquirido al pasar de los años. Hace poco tiempo había pedido algunas cosas por Internet y estás aún no llegaban.
Y que sus objetos para baño no llegasen lo hacían sentir casi miserable, no entendía el por qué sus cosas demoraban tanto tiempo si las había pedido hace ya un mes. No sabía si las personas que repartían estaban evitando su hogar. Porque vamos, es extraño que hasta su propia puerta sea de un color durazno más oscuro que las paredes que adornaban su interior, y no ayudaba en nada que hasta la perilla de su puerta tuviese forma de melocotón.
Más de una vez le ha sucedido que su correo está en casa de su vecino. Taeyong nunca termino de entender que tenía la gente en contra de sus gustos, o porque lo llamaban "bicho raro" u "asqueroso homosexual" cada que salía a las calles.
Él solo era un chico de 24 años, con un gusto inmenso por su fruta favorita y objetos que le causaban ternura. Los amaba. Y es que cuando era pequeño, su madre siempre picaba trozos de melocotón para él y le vestía con ropas del color de la sabrosa fruta. Su madre, su bella y cariñosa madre, siempre decía que Taeyong era el niño más hermoso del mundo y que jamás tomase en cuenta lo que la gente decía, ya que ante sus ojos era el ser perfecto.
Taeyong la extrañaba mucho, deseaba inmensamente abrazarla, besarla y decirle que no le importaba nada de lo que la gente murmurase sobre él. Su linda y tierna madre, que lo aceptó incluso cuando le contó que le gustaba un chico de su clase... Si tan solo en este momento estuviese viva.
Un pensamiento cruzo por la mente de Taeyong en ese instante, permitiendole distraerse de la mala sensación que dejaba el recuerdo de su madre. Quizás si él mismo iba hasta la tienda, podría retirar su pedido.
Taeyong con ese pensamiento, se puso en marcha. Se dio una corta ducha, peino su suave cabellera rosa y fue hasta su guardarropa. No sabía si realmente ese día quería ser llamado bicho raro, así que para ahorrarse el dolor de cabeza, solo vistió con pantalones negros y una remera blanca, también como accesorio colocó una linda boina del mismo color que su remera, no quería perder su adorable toque.
Tomo sus llaves, una mochila y salió de su hogar.
En la estación de metro, Taeyong colocó sus auriculares en cada uno de sus oídos; knock knock de twice sonaba tan dulce en sus tímpanos. Y pensó en que nunca nadie había tocado la puerta de su corazón, y también pensó que el repartidor tampoco tocó su puerta para entregarle su pedido. Eso lo entristeció.
Suspiro y se fijó en una chica que lo observaba, ella estaba severamente sonrojada por haber sido descubierta. Y él se sintió horriblemente avergonzado. Cuando puertas se abrieron en su destino, salió disparado de aquel lugar.
Taeyong sabía que era lo suficientemente guapo para llamar la atención, él ya había salido con algunas personas, no con chicas, pero eso no importaba, ya que los chicos al contarles de sus gustos huían de su vida. Ni siquiera los estándares de Taeyong eran altos, él solo quería que lo quisieran tal y como era.
Camino hasta estar en frente de la tienda, era su tienda favorita, la más tierna que él haya visto y es que hasta su nombre lo decía todo: "Peach-City". Entro en el lugar, Taeyong se sintió en el paraíso, amaba todo de esa tienda, todo lo que tenía forma o se parecía a un melocotón.
Fue hasta donde estaba la cajera y pregunto si podía retirar su pedido. La chica que estaba en el lugar dijo que tenía que esperar un momento, ya que era nueva y no tenía tanto conocimiento sobre aquel tema.
Taeyong espero unos minutos mientras echaba un vistazo a los objetos de la tienda, estaba seguro que compraría ese día también. Estaba listo para ir a preguntar nuevamente por su pedido cuando choco con el cuerpo de alguien. Taeyong miro a la persona con la cual se acababa de estrellar, y supo con seguridad que su corazón se aceleró y sus tripas se removieron en su interior.
