You should see me in a crown

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Notas: Este fic nació mientras escuchaba esta canción. Espero que les guste.

...

Estaba sentado en el sofá de cuero oscuro que quedaba en frente de un gran ventanal. A pesar de que todo su cuerpo estaba en posición paralela al ventanal, sus ojos no observaban al inmenso jardín que estaba del otro lado del cristal.

La puerta detrás del sofá se abrió, interrumpiendo el inmenso silencio de la habitación, dejando pasar a un hombre que formaba parte de la servidumbre.

-Su majestad — llamó el sirviente al hombre sentado en el sofá, haciendo una pequeña pausa — es hora.

Sin despegar su mirada al ventanal, asintió con la cabeza. El sirviente salió del lugar, dejando nuevamente en silencio aquel estudio.

-Hoy es el día ¿Eh? — susurró el hombre, soltando un bufido al final.

Era el día que le ponía fin a la vida del emperador Endeavor, a la emperatriz Rei y su hijo favorito, Shōto Todoroki.

Touya Todoroki, recientemente conocido como el emperador Dabi, se levantó del sofá y se dispuso a ir hacia el patio trasero de la cárcel El Tártaro, donde se ejecutaban a los presos de dicha prisión.

Al evento de la ejecución del antiguo emperador y su hijo tuvo la presencia de algunos miembros de la nobleza que sirven lealmente al actual monarca.

Para Shōto Todoroki lo condenaron a la horca y a Enji y Rei Todoroki a la guillotina.

Dabi observó cada una de las ejecuciones sin emoción en sus ojos. Pensó que estar presente iba a tener alguna reacción, algún sentimiento, arrepentimiento o dicha, algo que le hiciera sentir en su corazón, pero eso nunca pasó. Creyó que iba a sentir alivio al ver el cuerpo colgado de su hermano menor, satisfacción por ver el cadáver de su padre sin cabeza y algo de remordimiento al ver a su madre sin vida. Sin embargo lo único que sintió en su pecho fue vacío.

Un profundo y oscuro vacío.

Vacío que había sentido desde hace varios años atrás.

Después de la ejecución, ordenó exponer las cabezas de sus progenitores a las afueras del castillo.

Dabi se adentró a la prisión, deteniéndose delante de una de las celdas con mejor aspecto. Era la única ocupada de aquella zona.

No sabía la razón, pero tuvo una enorme necesidad de pararse delante de aquél hombre que compartía genética después de ver las ejecuciones.

Ante su presencia, el hombre de cabellera blanca, que en ese momento estaba gris por la suciedad, y de ropajes sucios y harapientos que residía en aquella celda, levantó su mirada hacía el emperador.

-¿Qué quieres? — preguntó bruscamente, ignorando años de clase de etiqueta.

-Verte — respondió Dabi, sin despegar su mirada del hombre.

-¿Para qué?

-Hoy fue la ejecución de nuestros padres — informó, sin cambiar el tono o ritmo de su voz.

El hombre dentro de la celda enmudeció. Su rostro reflejó asombro y sorpresa en partes iguales.

-E-entonces solo quedamos Shōto y yo...

-Él también fue ejecutado hoy.

El hombre de la celda se llevó su mano al rostro, tapando su boca, sorprendido. Los ojos cafés del hombre pasaron de total sorpresa a una llena de terror.

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