unique

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Despertó de golpe por tercera vez en la noche.

Nuevamente, la angustia llenaba su cuerpo. Le sudaba un poco la frente y su respiración era irregular. Su pecho subía y bajaba a la vez que él trataba de dar grandes bocanadas, recuperando aire. Cerró con fuerza los ojos sin poder calmarse. Sus pensamientos eran más fuertes.

Llevaba días así. El estrés que se estaba provocando a sí mismo empezaba a manifestarse de distintas maneras. Hace no mucho tiempo había recibido odio en redes sociales, y debía admitir que leyó cada comentario dirigido hacía él con malas intenciones, sintiéndose más afectado de lo que esperaba. Se propuso cambiar, ser perfecto para así dejar de recibir esos mensajes negativos. Empezó exigiéndose a sí mismo quedarse muchas más horas de las necesarias en la sala de práctica, avanzando hasta saltarse comidas importantes en su día y llegando a un punto en el que ni el mismo podía reconocerse al verse frente al espejo. No supo cuando empezó a tener problemas al dormir, pero sin dudas ese era el momento en el que peor la pasaba. La situación era controlable en un principio, pero como todo, terminó por escaparse de sus manos. Las pesadillas se habían vuelto constantes. Habían ocasiones en las que el miedo y estrés lo invadían tanto que podía pasar toda la noche sin pegar un ojo. Todo esto afectaba de gran manera a su vida diaria, tanto en el rendimiento que tenía en los ensayos como en la relación con los miembros. Se la pasaba distraído y desnaimado, su mirada se había vuelto cansada y siempre lucía apagado, como si nada lograra llenarlo como antes.

Siguió sin destapar sus ojos. Estaba aterrado, la pesadilla de ese momento había sido mucho más fuerte que las anteriores.

Sintió una tibio toque sobre su hombro y se sobresaltó como nunca, dando un pequeño grito y echándose para atrás con terror. Al levantar la cabeza, asustado, se encontró con su compañero de cuarto; el mayor de los miembros.

Yeosang suspiró con cierto alivio, aún con manos temblorosas.

— ¿Estás bien?— le preguntó Seonghwa preocupado, quien antes estaba algo adormilado pero con todo aquello logró despertarse por completo.

— S-solo fue una pesadilla, estoy bien— contestó intentando restarle importancia, sin embargo era suficiente con ver un poco su lenguaje corporal para notar que estaba más temeroso que nunca.

Park no le creyó, para nada. Era muy consciente de que el más bajo estaba teniendo problemas con el sueño, pues el solía despertarse también cuando el chico de cabellos claros tenía esos sueños desagradables. De igual forma, no hacía demasiado. Solía preguntarle desde su cama, somnoliento, si todo estaba estaba correcto volviendo a dormirse cuando recibía una respuesta afirmativa.

Esa noche fue distinto. Yeosang se había pegado tal susto al despertarse que se vio a sí mismo corriendo a la cama del más bajo, aún medio dormido, pero más preocupado de lo que alguna vez había estado.

Apretó los labios formando una línea. A pesar de que el sueño ya hubiera pasado, Yeosang seguía viéndose tembloroso y asustado. No quería dejarlo así, sentía la gran necesidad de protegerlo, por lo menos, esa noche.

— ¿Quieres dormir conmigo hoy?— preguntó Seonghwa, dejando sin respuesta al menor.

Kang debía admitir que se avergonzó un poco. Consideraba que era infantil de su parte que las pesadillas lograran afectarlo tanto, a tal punto de que su compañero le ofreciera dormir con él. Sin embargo, terminó por asentir con la cabeza y aceptar la propuesta. En serio tenía miedo, y estaba seguro de que el hecho de saber que uno de los miembros en los que más confiaba estaba junto a él, lo calmaría.

𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐌𝐀𝐑𝐄 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora