» Profesor Stark. «

𝐀𝐔.
𝐄́𝐩𝐨𝐜𝐚 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥.

「 𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫 𝐒𝐭𝐚𝐫𝐤. 」

Song: Crush – Tessa Violet


« 𝘐 𝘨𝘰𝘵 𝘢 𝘧𝘢𝘴𝘤𝘪𝘯𝘢𝘵𝘪𝘰𝘯 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘵𝘪𝘰𝘯.
𝘔𝘢𝘬𝘪𝘯𝘨 𝘮𝘦 𝘧𝘦𝘦𝘭 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘺𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘰𝘯 𝘮𝘺 𝘪𝘴𝘭𝘢𝘯𝘥.
𝘠𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘮𝘺 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘦𝘯𝘵 𝘷𝘢𝘤𝘢𝘵𝘪𝘰𝘯. »


Tenía solo quince años cuando lo vio por primera vez.

Dieciséis años cuando aceptó que le gustaba un poco.

Y hoy, con diecisiete años recién cumplidos, sabe que está completa y locamente enamorado de él.

Sí, de él: Anthony Stark.

Su profesor.

𝐒𝐮 𝐜𝐫𝐮𝐬𝐡.

Su amor adolescente, pasional e incontrolable. Aquel era un sentimiento que escapaba por completo de sus manos, pero que simplemente no era capaz de superar. El 𝑝𝑟𝑜𝑓𝑒𝑠𝑜𝑟 𝑆𝑡𝑎𝑟𝑘 era todo un sueño. Con su cabello castaño y alborotado, su porte digno y vestir elegante. Su sonrisa encantadora, su risa contagiosa. Su barba tan bien perfilada. Su gran inteligencia. La mordacidad de sus palabras. La nobleza que escondía detrás de mil armaduras de hierro. Y sus ojos, ¡Dios!, sus ojos eran lo más bello que alguna vez haya visto.

Steve estaba totalmente prendado de su profesor favorito.

Algo normal en chicos de su edad y, a la vez, algo que ocultaba de todo y todos lo más que podía. Sobre de todo de él.

Porque, vamos, seamos sinceros. ¿Por qué se fijaría en alguien como él?

Era extremadamente delgado y enfermizo. Carecía de fuerza o encanto. No era alto. No era brillante. Y, aunque aquello no le impidiera ser el presidente de la clase en más de una ocasión, o el enfrentarse algunas veces a otros maestros quienes abusaban de su autoridad; sí ocasionaba muchas burlas de parte de 𝑏𝑢𝑙𝑙𝑖𝑒𝑠 que terminaban en peleas donde claramente él salía más dañado que los demás.

Sin contar la gran diferencia de edad que había entre ellos y que además a sus ojos seguramente solo era un alumno más.

Sí. Era un amor imposible y unilateral.

Por ello lo ocultaba.

Por ello intentaba no mirarlo tan fijamente durante sus clases o no perderse en sus pensamientos con el dulce tono de su voz.

Por ello escondía celosamente sus cuadernos donde en las últimas hojas tenía pequeños bocetos de él y sus bellos ojos.

O lo intentaba, porque muchas veces se le hacía difícil. Muchas veces se sonrojaba de repente en cuanto el mayor clavaba la mirada en la suya.

Muchas veces se ponía tan nervioso estando cerca de él que terminaba tirando algo al suelo o haciendo algo torpe sin poderlo evitar.

Y ni hablar de las veces que entregándole algún trabajo, sus manos se rozaban ligeramente, causando en él toda una arritmia y el enorme deseo de tocarlo solo un poco más.

De solo recordarlo los colores se le subían al rostro de nuevo.


« 𝘛𝘰𝘶𝘤𝘩, 𝘵𝘰𝘶𝘤𝘩, 𝘵𝘰𝘶𝘤𝘩, 𝘵𝘰𝘶𝘤𝘩, 𝘵𝘰𝘶𝘤𝘩.
𝘐 𝘤𝘰𝘶𝘭𝘥 𝘣𝘦 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘤𝘳𝘶𝘴𝘩, 𝘤𝘳𝘶𝘴𝘩, 𝘤𝘳𝘶𝘴𝘩, 𝘤𝘳𝘶𝘴𝘩, 𝘤𝘳𝘶𝘴𝘩. »


Fue un lunes por la tarde, poco después de que la jornada estudiantil terminara, cuando Steve se vio involucrado nuevamente en una pelea.

Lo acorralaron en la esquina de los basureros. Le reclamaron por haberse metido donde no le llamaban. Tres contra uno, claramente llevaba las de perder, pero ni aunque hubieran sido diez de ellos el rubio hubiese dejado de levantarse y tratar de defenderse. Muy probablemente hubiese tenido que volver al hospital aquella tarde sino fuera por la interrupción de aquel que menos esperaba ver.