El Accidente

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Buenos tragos, asientos cómodos, el mejor jet privado y la agradable vista.
Así era en ese entonces el viaje del playboy que viajaba muy a gusto en el.
Había quedado huérfano desde pequeño, pero su intelecto superior y su aire de grandeza lo llevaron a donde se hallaba justo en ese entonces.
La producción de armas, su traje Mark, su propia inteligencia artificial etc, inclusive nuevas maneras de crear energía no contaminante.
Se ponía a revisar los planos de su nuevo proyecto cuando de pronto una explosión sacudió el avión.
-¿Que está pasando? - pensó sin perder la calma.
De repente el avión comenzó a perder altura y fue cayendo en picada.
Tony se enfundo en su traje de batalla pero justo cuando iba a salir una explosión en la parte posterior lo aturdió dejándole semi inconsciente.
Mientras el caía fuera del avión, podía ver como este terminaba de explotar en el aire, en ese extraño momento, donde uno cree ver pasar toda su vida ante sus ojos, un tiempo que va muy lento pero que en realidad ya pasaron varios segundos
Y fue entonces casi al último de estos que el recobro el sentido y se propulso como pudo a pocos metros del impacto.
Por fortuna, donde cayó era algo blando, sin mencionar que el traje ayudó a que la caída no fuese mortal.
Tony quedó tirado en ese sitio, trató de solicitar la ayuda de Jarvis, pero el casco había recibido mucho daño.
Se levantó como pudo entonces y dio un vistazo al lugar.
Era un desierto y no cualquier desierto, era el Sahara.
No le convenía amanecer en ese sitio, aunque tampoco le convenía pasar la noche en el terrible frío que había.
Se puso a caminar siguiendo la ley de orientación según las estrellas.
Mientras el caminaba a duras penas observó de pronto como una estrella fugaz caía sobre el desierto impactandose sobre la arena.
Eso lo sorprendió bastante puesto que jamás había visto algo así, corrió cómo le permitieron sus piernas hacia aquel lugar donde se estrelló aquel astro.
En ese sitio debido al calor de aquel objeto se habían formado varios cristales con la arena, formando una especie de flor cristalina.
-Debo estar alucinando--pensó Tony al creer ver un brillo en el mero centro de aquella estructura.
Pero no alucinaba, algo si estaba brillando débilmente a la luz de la luna y las estrellas.
Se acercó poco a poco, preparando su brazo lanza rayos midiendo su distancia.
Había alguien dentro de aquel cristal, pero no se podía ver bien.
Con mucho cuidado, usando un láser el playboy corto la superficie hasta finalmente dejar espacio para poder ver lo que había.
Los ojos de Tony se abrieron del asombro, en ese cristal se encontraba el mismo dios del engaño que lo había arrojado desde su torre y había destruido la mayor parte de Nueva York.
Se hallaba inconsciente, lleno de heridas, no llevaba su armadura, sólo su túnica verde y sus brazales dorados.

-¿Cuernitos? ¿Que rayos está haciendo aquí? - pensó Tony sin dejar de apuntar - debería intentar contactar a los de Shield para que se lo lleven.

Se dispuso a soldar el cristal para que así el dios del engaño no pudiese escapar, a fin de cuentas lo detestaba, había usado su torre, lo había arrojado por la ventana, matado a un conocido suyo y casi destruido toda su ciudad.

Pero al verlo todo lastimado y sin armadura sintió algo de pena.

Lo sacó de aquel sarcófago cristalino y lo examinó, no llevaba armas ni nada.

Se quito uno de sus brazos mecánicos y tomó su pulso, su corazón aún latía, suavemente puso su mano sobre aquel niveo y lastimado rostro, estaba muy frío.

-Cuernitos, parece que tu presión se bajó - rio Tony.

¿Que le había pasado para estar en ese estado?
Cómo sea no podía dejarlo ahí, quizás era un plan malvado.
Amarró sus manos  y lo subió en su espalda, con suerte podía volar bajo y llegar a algún lugar seguro.

El dios que cayó ante un mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora