Fluke tocó con desesperación la puerta del departamento de Mild, su mejor amigo. Su cabeza aún le daba vuelta. Qué mierda había hecho en la noche que no recordaba como exactamente es que estaba tocando su puerta. Apoyó la palma de su mano derecha en la frente e hizo fuerza en un intento vano para calmar el dolor de cabeza que comenzaba a ser insoportable para él.
Estaba borracho no había duda.
Eran las 3 de la madrugada y un somnoliento Mild vestido en pijama le abrió dispuesto a mandarlo al mismo infierno por hacerle despertar.
-QUIÉN CARAJO TOCA A LAS 3 DE LA MADRUGADA... ES HORA DE DESCANSAR SABES MALDITO IMBE...- al ver a su amigo sus gritos quedaron en el vacío.
-¿Fluke?- le preguntó. Es decir, parecía Fluke pero era imposible que ese que estaba delante de él fuera su amigo. Fluke no se emborrachaba y si lo haría, que era improbable, no andaría por las calles en ese estado hasta su departamento. Su amigo vivía prácticamente al otro lado de la ciudad.
Olfateo y sólo comprobó que el desarreglado hombre olía, no, apestaba a alcohol. Se fijó mejor. Era Fluke, tenía la camisa mal abotonada, y su casaca prácticamente iba a caerse. Tenía el cabello despeinado, no podía ver su rostro porque estaba agachado y frotaba fuertemente su frente.
-Fluke, cariño, que pasa- le preguntó
El mencionado levantó el rostro y Mild pudo ver lo mal que su amigo estaba. Sus ojos estaban vidriosos, rojos e hinchados, había llorado y mucho. Su boca agrietada y reseca, probablemente por los tragos que se habría tomado.
Fluke Natouch, un jovencito de 23 años, le dio una sonrisa que no llego ni un poco a aquellos bonitos ojos que solía tener. Le sonrío de una manera triste, apenas una línea dibujada y un montón de lágrimas cayendo de sus ojos. Pero había algo más, detrás de su tristeza había dolor, mucho dolor.
Natouch apretó los dientes con fuerza, se limpió el rostro y las lágrimas que caían por su blanca piel. Bajó los hombros y de pronto la tristeza de su alma y corazón fue demasiado para su frágil cuerpo.
-No le avises a nadie- logró decir antes de desmayarse en los brazos de su casi hermano.
-Mierda... Fluke... Fluke...- le llamó no hubo respuesta. Como pudo lo llevó hasta uno de los muebles de la sala y lo dejó descansar. Su respiración suave le indicó que tal vez se había dormido.
Esperaría hasta la mañana. Ya lo interrogaría, pero no pudo dejar de pensar en el novio de Fluke. ¿Sabría él que le estaba pasando?, ¿debería llamarlo? Ohm debería estar preocupado. Cogió su celular pero recordó que su menor le dijo no avisar a nadie, ¿incluiría también a Ohm?, esperaría mejor. Prudencia ante todo, se dijo.
4 horas después.
Fluke comenzó a despertar. La cabeza aun le dolía. Frotó sus ojos y su sien. Dio un largo suspiro. Estaba desorientado y lo primero que quería era ver la hora. Rebuscó en sus ropas su celular pero no lo encontró.
-diablos... dónde lo dejé- se preguntó.
Se levantó.
De acuerdo, lo último que recordaba era salir de aquel departamento de... oh... oh... oh... oh...
-Qué hice, maldición- el arrepentimiento llegaba él-
Escuchó pasos. Era Mild Suttinnut, su Phi.
-Fluke Natouch me debes una muy explicación. ¿Qué pasó anoche y porqué carajos estabas tan borracho?
-Mild, no grites, me duele la cabeza- le dijo en voz baja pero Mild escuchó perfectamente.
-Cabeza que te voy a partir si no me dices nada, así que habla-
Fluke suspiro
-¿puedo bañarme primero?- preguntó y el otro asintió
-préstame algo de ropa Mild-
-ashhhh ... está bien, está bien. Báñate pero me tienes que contar que diablos pasó... porque tu querido novio esta que llama y llama- le dijo con una sonrisa esperando que Fluke se alegrará –tienes que decirme cómo hiciste para que te haya dejado salir sólo- le preguntó levantando las cejas.
Pero eso no pasó. El rostro de Fluke se paralizó y endureció. Sus ojos, esos ojos que siempre mostraban amor, dulzura, cariño y alegría, se volvieron duros y fríos. El tono de su voz cambió. Ahora era un poco más gruesa y demasiado firme.
-Si Ohm te vuelve llamar dile que no sabes nada de mí-
-Fluke que pasa-
-si te vuelve llamar, puedes mandarlo a la mierda- hablo entre dientes con todo el odio que nunca creyó sentir por nadie y se encaminó a la ducha.
Su rostro se suavizó solo un poco. Suspiró. Le diría lo que descubrió esa noche y lo que hizo luego. Mild tal vez lo iba a querer matar.
Ya en el baño se desvistió y miró en el espejo con calma. Increíblemente lucía sereno, la resaca estaba disminuyendo y veía con más claridad. Observó su cuerpo, era delgado, no tenía grandes músculos y a nadie parecía molestarle eso. Tenía 23 pero su apariencia y rostro lo hacían parecer de unos 20, sonrío mirando al espejo y las lágrimas vinieron a él una vez más.
Observó sus manos, llevaba un anillo. Ohm se lo había regalado hacía unas cuantas semanas como muestra de su amor.
-te amo Fluke-
-también yo Phi-
-mira tengo algo para ti- le enseño el anillo
-Ohm, no tenías que.
-si Fluke, sé que estos días hemos estado algo distanciados pero te amo, y esto es sólo para recordarte lo mucho que significas para mí.
Fluke le había sonreído y saltó a sus brazos. Ohm lo besó, lo tomó por la cintura y profundizo ese dulce beso. Les faltó el aire y con un suave "te amo tanto Ohm" se separaron.
Hasta ayer era el ser más feliz del planeta. Estaba con el hombre que amaba. Aquel que le prometió estar a su lado, caminar junto a él lo que les quedaba de vida.
Pero ahora...
-mentiroso...- pensó en Ohm –solo eres un maldito mentiroso... tu promesa de amor es tan falso como tú y como el- hablo entre dientes recordando su rostro
-ERES UN MALDITO BASTARDO... HUBIERA HECHO CUALQUIER COSA POR TI... PERO TU, TU, ME HIERES DE ESTA MANERA. QUIERO ODIARTE SOLO QUIERO ODIARTE...- Se repitió mirando su reflejo en el espejo, mientras nuevas lágrimas salían de su ojos.
Se preguntó si el dolor algún día pasaría.
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Broken Heart
Fanfiction¿Qué sentir después que la persona que más amabas te traiciona? Fluke descubrirá la traición del hombre que mas amaba.