Me canse de luchar, mis fuerzas se han ido como el viento, mis brazos no pueden mas y mi espalda parece a punto de romperse, levanté mi vista y vi mi objetivo, mi corazón latía fuerte y rápido, y mi cabeza siguió procesando lo sucedido hace unos segundos, cerré mis ojos y respiré profundamente llenando mis pulmones de oxígeno, abrí mis ojos y vi mis brazos llenos de tierra, polvo y suciedad. Dejé mi cuerpo caer al suelo, el impacto de mi caída hizo que me pitaran los oidos, solté aquel cuchillo y caí al suelo, no sentía mis piernas y mis brazos quemadan, mis párpados comenzaron a pesar y caí en un profundo.
***«-Papi, por qué se tienen que pelear?- pregunte señalando a los chicos de unas calles mas abajo
-Pricesa, es lo que les toca, algún día cuando seas mas grande lo entenderás y se que me vas a decir, pero yo no soy el indicado para explicarte- después de eso beso mi mejilla y me devolvió a la institutriz que me enseñaría por el resto de mi vida, la que me haría lo que soy
-Cuidado señor, creo que su hija querrá verlo cuando este lista- la institutriz me sonrío dulcemente y después a Papá
-Haré lo que pueda- le devolvió la sonrisa y salió de la gran casa donde aprendería a pelear y hacer lo necesario para sobrevivir...»