Había una vez un vampiro y un lobo, enemigos naturales, destinados a odiarse, entrenamos por su clan a matar la especie del otro, y criados con la idea de que un vampiro y un lobo no pueden relacionarse de ninguna manera.
Steve, uno de los lobos mas fuertes de su manada, hijo primogénito del alfa y siguiente en la línea de sangre para liderar la manada, a los 5 años presencio la muerte de su madre a manos de los vampiros, desde entonces su padre tomo la decisión de entrenarlo, aprendió de los mejores guerreros de su manada, su padre le enseño a soportar el dolor y levantarse si se caía, a sobrevivir por su propia cuenta.
Al crecer fue el orgullo de su padre y su manada, el mejor guerrero, llevando una larga lista de muertes de sus enemigos, su nombre hacia temblar e imponía respeto por donde fuera, siempre serio y recto, solo con su padre y su hermana menor se mostraba cariñoso, comprometido con la hija de la mano derecha de su padre, Sharon Carter, una mujer hermosa, criada para ser la esposa perfecta del futuro alfa y llevar a los hijos de este, una mujer delicada y entregada.
Steve Rogers estaba satisfecho con su vida, su padre estaba orgulloso de él, todos lo respetaban y admiraban, futuro alfa de la manada, guerrero excepcional y tenia una futura esposa criada para satisfacerlo, no podía desear más.
Toda su vida ya estaba escrita, y estaba bien, o así era hasta que lo conoció a él.
Anthony Stark, apuesto y elegante, líder del aquelarre mas grande y poderoso de vampiros, hijo de Howard y María Stark, los vampiros mas fuertes de la historia, fuerte y poderoso, su sola presencia hacia temblar.
Desde que nació fue entrenado por su padre para ser un excelente líder, tratando de cumplir con las expectativas de todos los vampiros, capaz de acabar con sus enemigos en un abrir y cerrar de ojos, su solo nombre significaba peligro, imponía respeto y miedo a donde fuera, poseedor de una gran belleza e inteligencia, envidiado y odiado por otros.
Anthony era huérfano, sus padres habían muerto en un ataque de lobos y vampiros traicioneros, por lo tanto, asumió el cargo de su padre muy joven, era el líder mas joven de entre todos los vampiros y por lo tanto, con una gran responsabilidad.
La vida de Anthony era simple, planeada, seguiría con la tradición de su familia, se casaría con la hija de alguno de los lideres de los otros aquelarres, buscando expandir su dominio, tendría un hijo que seria el siguiente en ascender como líder, estaba bien, así tenia que ser, para el no había problema con seguir tal plan, no hasta que conoció a su enemigo por naturaleza.
Cuando se conocieron, Steve Rogers se encontraba en otro de sus viajes buscando hacer lazos con otras manadas. Muy lejos de su manada, llevaba meses en aquella situación y el alfa solo quería regresar a su manada, pasar mas tiempo con Sharon para hacer mas fuerte el lazo entre ellos antes de la boda.
Steve caminaba por uno de las tantos senderos que recorría, en completa calma, hasta que a el llego un olor a muerto, el rubio se coloco en guardia, ese olor era demasiado conocido para él, un chupa sangre se encontraba cerca, camino con pasos silenciosos hacia el lugar donde provenía el olor, al llegar, observo un cuerpo menudo, de espalda ancha y cabello largo enredado, encorvado sobre el cuerpo de un hombre humano, una pobre alma que tuvo la desgracia de encontrarse con aquel monstruo, Steve dio un paso y algo trono bajo el, aquella cosa volteo mostrando unos enormes ojos completamente negros, una boca grande y lleno de sangre, sus colmillos era demasiados largos para los de un vampiro común, uñas largas y su cuerpo estaba encorvado, se lanzo contra Steve pero este lo esquivo y lo tomo del cabello para después azotarlo contra un árbol hasta destruir su cabeza, dejo caer el cuerpo inerte de la bestia, el rubio se encontraba tenso y su ropa se había manchado de sangre.
– Eso fue asqueroso – Steve escucho una voz varonil con un toque seductora, volteo tan rápido que pensé que se caería, se encontró con un hombre joven, de mirada juguetona, cabello castaño y cuerpo delgado, este estaba sentado en una rama de un árbol, le sonrió coqueto mostrando unos pequeños colmillos – Bonita vista ¿No? –
Steve gruño y se coloco en guardia, listo para defenderse si era atacado, pero el castaño solo rio, al rubio se le hizo que aquella era una muy bonita risa, un pequeño casi imperceptible olor llego a él, era un olor como a café amargo y a la vez dulce, Steve se desconcertó, el vampiro frente a el no olía a muerte, no olía putrefacto.
– Eres un lobo – comento Tony borrando su sonrisa, por muy extraño que pareciera, desde aquel ataque donde perdió a sus padres, no había vuelto a ver a un lobo, casi no salía de su castillo y cuando lo hacía, paseaba por su aquelarre, nunca se alejaba tanto como este día, eso hace unos años, que no se involucraba con otra gente que no sea los empleados de su castillo, su mano derecha, Pepper y algún otro líder de los otros aquelarres con los que se reunía bajo su castillo – Tiene años que no veo uno como tu –
El castaño bajo de un salto y se acerco al lobo, Steve retrocedió por inercia, pero no sintió peligro, para él, parecía un ser curioso.
– ¿Por qué no hueles como ellos? – pregunto serio Steve, el castaño ladeo la cabeza confundido, el rubio aguanto las ganas de sonreír, era tan hermoso y tierno -Tu olor no es igual, tu aroma no es a muerte como los de otros chupa sangre – gruño.
El castaño ignoro lo dicho por el rubio y sonrió, aunque para el también era una sorpresa, Steve tampoco olía a perro mojado y que este le digiera que tampoco olía a muerte era extraño.
– Me llamo Tony – pronuncio con una sonrisa – ¿Tu nombre? –
El rubio lo miro serio – No tengo porque decírtelo, ni siquiera deberías estar hablando, tu eres un chupa sangre y yo un lobo –
– Enemigos por naturaleza – Tony levanto los hombres con desinterés al decir aquello – Eso dicen, vampiros y lobos no se llevan –
Aquel encuentro no fue el único, aunque en aquel encuentro Tony fue el primero en marcharse sin decir nada, Steve volvió a aquel lugar, siempre con el pretexto de buscar nuevo lazos con otras manadas pero solo era para volver a ver y Tony, Tony siempre lo esperaba, con una sonrisa coqueta y una platica nueva, siempre parloteando y Steve fingía fastidio, siempre recordándole que no deberían hablarse, que su naturaleza así lo decía pero Tony siempre terminaba riéndose y haciéndolo olvidarse de aquella estupidez.
Pero tal vez aquel encuentro era el último.
– Me voy a casar – pronuncio con un extraño pesar Steve. La sonrisa que siempre tenía Tony se borró – En una semana –
Los ojos del castaño se opacaron con tristeza – oh, supongo que felicidades – comento con falsa felicidad y se levantó.
Steve observo como el castaño se ponía de pie y con un vacío en su pecho - ¿Ya te vas? –
– Si, tengo cosas que hacer, ya sabes ser un vampiro aristócrata tiene muchos deberes – sonrió, pero su sonrisa no llego a sus ojos como siempre.
– Tony yo... – pocas veces eran cuando Steve le llamaba por su nombre y eso siempre lo hacia sonreír, pero aquella ocasión no.
– Creo que será mejor que ya no nos volvamos a ver, tienes razón, somos de especies diferentes que por naturaleza se deben odiar – rio sin gracia – así que, adiós lobo apestoso –
Y Tony se fue, corrió mientras lagrimas de sangres bajaban por sus mejillas, porque se había equivocado, porque no escucho a su amiga Pepper, porque había roto las reglas, porque se enamorado cuando sabía que no debía.
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Nota:Pequeña mini historia, denle mucho amor, espero sea de su agrado.
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Enemigos por Naturaleza
FanfictionEnemigos por naturaleza Amantes por eleccion propia Fuimos criados para odiarnos, entrenados para enfretarnos y matarnos, se nos dijo que debiamos odiarnos, enemigos desde nuestra existencia. Pero mi corazón me traiciono desde el primer momento en q...