3. El juego empezó

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La sorpresa de mi departamento me asusto,  aún más después de lo sucedido en la fiesta, asi que llamé a la policía y sorpresivamente tenia al detective Regan delante de mi por segunda vez en la misma noche, aunque era bastante guapo, solo podía rogar porque Martínez cruzara la puerta de mi departamento para no tener que lidiar con la policía un segundo más . 

Le dí gracias a Diosito cuando ví a mi gran abogado cruzar la puerta  con un traje diferente del que llevaba unas horas antes.

-Señorita Saint- habló mientras se colocaba frente a mi y me dedicaba una sonrisa que decía  "tranquila ya estoy aquí" apenas pude devolverle el gesto.-Oficial Regan un gusto verlo, otra vez, informe me de la situación por favor.

-Su cliente ha declarado que ha llegado de la estación y ha encontrado la puerta de su departamento  abierta y todo hecho un desastre- antes de que pudiera decir algo más Martinez lo interrumpió.

-Oficial, discúlpeme sino he sido claro. Me refería a que me informara la razón por la que mi cliente sigue aquí, estoy al tanto de lo que pasó, por eso estoy yo aquí, pero también sé, que la señorita Saint no puede ayudarlos en nada mas.- Le dedicó una sonrisa ladeada.

-Entonces efectivamente eso seria todo-  Creo ver una mirada extraña por parte de Regan, pero debe ser producto de mi imaginación.

-¿Cúando terminarán de esto ?, necesito descansar- dije observando a los demás oficiales llevarse, lo que seria evidencia.

-Lo lamento señorita Saint pero cerraremos su departamento para buscar algo que el perpetrador haya podido dejar, estoy seguro que encontrará donde quedarse- termina con una sonrisa sarcástica. 

Suspiro-¿Puedo tomar algo de ropa al menos?- lo miro a los ojos esperando un "no" como respuesta pero para mi sorpresa suspira y acepta.

-De acuerdo pero solo unas pocas-Se aleja dejándonos a Martínez y a mi solos- Martínez, ¿podrías llevarme a un hotel? por favor, me quedaría en casa de mis padres, pero necesito estar un rato sola, y no quiero preocuparlos mas, ya tuvieron mucho por una noche.

-Claro, no se preocupe- Acepta de inmediato.

-Te agradecería que no les dijeras nada de esto, prefiero encargarme yo misma.

-Aunque quisiera, no podría; es mi cliente- Me dedicó una sonrisa más grande que la última dejándome saber que no lo decía de mala manera, le respondí el gesto con las pocas fuerzas que me quedaban  y me dirigí a mi habitación.

Comparada con la sala estaba impecable, no parece que se hayan llevado algo, camino a mi armario y aparto la ropa, busco mi arma en la caja fuerte, la escondo en la parte trasera de mi cintura; tiene razón, el juego empezó.

Sigo con mi tarea y tomo las cosas necesarias para el día siguiente.

Salgo de la habitación y recorro la sala con la vista buscando a Martínez pero no logro localizarlo, siento una mirada en mi desde mi derecha y giro mi cabeza, Regan, con una pequeña libreta en su mano me observa con una expresión bastante seria.

-Dijo que estaría abajo-Frunzo el ceño pero me dispongo a irme, cuando paso por su lado me detiene sujetando me el brazo.

-Ten cuidado Alexandra, eres nueva en esto y podrías salir muy lastimada.- Sus ojos se clavan en los mios, dejándome ver una mirada seria aunque tal vez, solo tal vez, si te fijabas bien, notabas un poco de preocupación.

-No sé de qué hablas- bajo la vista a su agarre y este desaparece. Le doy una ultima mirada y salgo de ahí.

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⏰ Última actualización: May 29, 2020 ⏰

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Guerra de Jefes. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora