Capítulo 1.

61 9 4
                                    

—¿Tienes toda la información?

—¡Claro que sí! Justo como me la pediste, ahora: Mi dinero, por favor.

Luego de haber terminado con aquel trabajo, Khalida sólo deseaba regresar a la agencia que compartía con otras dos personas, después de unos minutos caminando pudo ver un automóvil blanco el cual se detuvo justo al lado de la banqueta por la que caminaba en ese momento. Sabía de quienes se trataba.

—¡Súbete!—Le ordenó enojado el conductor del automóvil.

—¡Ay, bueno! No te enojes, no hice nada malo.

—No deberías ir a trabajar sola, debiste haberme avisado, ¿Y si te pasa algo? ¿Qué voy a hacer yo?

—Irme a buscar y hacer lo que sea que tengas que hacer, Keijin. ¿Quién te dijo sobre esto?—Instintivamente volteó a ver a donde estaba un muchacho castaño.—Creí haberte dicho que no hablaras de esto, Mizurou.

—Deberías subirte.—insistió Keijin.

—Muy bien, muy bien.

Y en su regreso, justo como Khalida se lo esperaba Mizurou se acercó para así hablar con ella, no tenía ganas de escucharlo, pero sabiendo lo insistente que podía llegar a ser decidió dejarlo.

—¿Qué quieres? Te dije que no le dijeras nada, pero lo hiciste, ni siquiera pensaba quedarme con todo el dinero. Si no querías que me pasara nada debiste haberme acompañado, podías darle una excusa a Nakarai, ¡Pero no! Pareces un niño.

—¡Oye!...

—Y este dinero.—alzó el mismo para mostrárselo.—Decidí que mejor será exclusivamente para mí. Bebé llorón.

Llegó hasta donde se encontraba Keijin, tenía intenciones de hablar con él sobre trabajo.

—¡Nakarai! Mi buen compañero, quiero que me digas algo.

—¿Qué cosa?—preguntó él con amargura.

—¿Por qué te molesta que me vaya solita a la calle? ¿Tienes miedo de que me pase algo? ¿Eres consciente de que si por alguna razón me encontrara con un ghoul y en ese preciso instante estuviera contigo no serviría de nada puesto que ninguno de los dos está preparado para lidiar con esas cosas? ¿Verdad?

—... Sí, ¿Por qué?

—Entonces, ¿Qué pasa? ¿Es que en el fondo nos quieres? Eres muy sobreprotector, sobretodo con Mizurou también.

—Es que...

—Admite que nos quieres, que nos amas, a Mizurou y a mí.

—Ya vete a tu casa.

—¡Que malo!—respondió ella haciéndose la ofendida.

—Mira.—él buscó entre los papeles que estaban en un escritorio un documento en específico y se lo mostró a Khalida.—¿Qué piensas?

—¿Que será mejor que el tipo vaya consiguiendo un abogado porque la tipa lo está engañando? Claro, a no ser que sólo sea su novia porque entonces le será más fácil deshacerse de ella.

—¿Tú realmente crees eso?

—Creéme, he visto muchas veces casos como este y hay un 99.9 por ciento de probabilidades de que la tipa lo esté engañando.

—¿Me puedes decir cómo?—inquirió ocultando la pequeña nota detrás de él con intención de "Confirmar" algo.

—Mira, es posible que: ¿No le deje tener amigos? ¿Le pida que le diga a todas horas dónde está y a donde va? ¿Que tenga todas sus contraseñas? Y ella no haya hecho lo mismo con él... El pobre es un idiota y no lo sabe, apuesto que ella coquetea con hombres y él no puede hacer nada.

I love you. [Tokyo Ghoul:re] [Mizurou Tamaki y Keijin Nakarai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora